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El municipio cordobés de Guadalcázar recupera sus tradiciones en Semana Santa

Guadalcázar recupera sus tradiciones en Semana Santa

El Consistorio de Guadalcázar (Córdoba) está trabajando, con la cooperación «indispensable» de las personas mayores, en recuperar las tradiciones de antaño que se han ido perdiendo en el tiempo, ciertas de ellas enmarcadas en el calendario de tradiciones de Semana Santa.

Según ha indicado el Consistorio guadalcaceño en una nota, el Miércoles de Ceniza se festeja una tradición recién recuperada en la localidad que «llegó a perderse por falta de interés de la juventud». De esta manera, tras más de una década sin efectuarse, desde la Delegación de Cultura guadalcaceña, el año pasado se comenzó dando un nuevo impulso a esta tradición con la intención de recobrarla y conservarla, y que enseña el significado de dicho día a las nuevas generaciones.

La tradición en la localidad se ubica los Miércoles de Ceniza a las 17,00 horas, cuando «los vecinos de todas edades se reúnen con su bolsa de harina o polvo de talco en mano y, desde ahí, empieza el juego». Así, los participantes componen un corro y se marchan lanzando un botijo de uno a otro, de tal modo que la persona a la que se le cae es el objetivo del lanzamiento de la harina o bien polvo de talco por parte del resto compañeros. Finalmente, se hacen dos grupos y entre ellos se pone en marcha una auténtica «guerra blanca» teniendo como arma la harina y los polvos.

A esta tradición en Guadalcázar se suma el Domingo de Piñata, que asimismo se está haciendo un esfuerzo en el Consistorio para su recuperación. Esta celebración consiste en colgar un botijo llenos de caramelos por la mañana en diferentes puntos del pueblo, esto es señal de que en este sitio se va a romper una piñata por la tarde.

Esta tradición se ha modificado, puesto que aunque ahora se rellenan los botijos de caramelos, antaño era agua, harina, paja e incluso ratones lo que se metía dentro.

La persona encargada de romper la piñata se venda los ojos y se pone casco de protección y gafas. Desde un extremo de la cuerda que sujeta la piñata, se pone otra persona que da juego subiendo y bajando el botijo con la pretensión de dificultar la rotura de la piñata.

Una vez se han roto todas las piñatas localizadas en el ayuntamiento, todos y cada uno de los vecinos se reúnen en la Plaza de España para tomar una chocolatada con sopaipas, que elabora un conjunto de mujeres de la localidad.

Judas

Hay otra tradición en vías de recuperación, la de Judas. Ya el año pasado se introducía en el calendario, pero todavía no es fijo el día en el que quedará fijado, «puesto que existen dudas de si se efectuaba el Domingo de Piñata o bien el Domingo de Resurrección».

Dicho acontecimiento consiste en poner una suerte de piñata que se apaleaba o se le prendía fuego. Esta celebración, es una tradición local de ciertos pueblos españoles y también iberoamericanos en los que preferiblemente el Domingo de Resurrección, se lapida, lincha o bien quema un muñeco que representa a Judas Iscariote por su traición a Cristo.

En Guadalcázar, este muñeco los realizan los propios vecinos con ropa viejas y relleno de serrín, paja o cartón y porta un cartel con el nombre de Judas. Hace más de cuarenta años que se perdió esa tradición en Guadalcázar, con lo que aún no hay un modelo claro de cómo incluirla en el calendario local.

El delegado de Cultura del Municipio de Guadalcázar, Domingo Reina, ha puesto de manifiesto las «ganas de poder recobrar y preservar tradiciones como estas para el ayuntamiento».

Fuente: Europa Press