La documentación histórica de la minería cordobesa al alcance de todos en el Archivo Provincial

Así lo ha indicado la Administración autonómica en una nota en la que ha detallado que se trata de expedientes de concesiones mineras, planos de demarcación y deslinde y libros de policía minera, cuyas fechas se remontan a 1842.

De este modo, Herrador ha destacado que este acto «supone poner a disposición de toda la ciudadanía la historia minera de la provincia de Córdoba haciendo posible con ello que no se pierda y pueda perdurar para siempre».

El responsable territorial ha explicado que el traspaso al Archivo Histórico se produce en este momento «porque la vida de estos expedientes es muy larga y deben cumplir sus plazos de prescripción, a veces de 100 años, especialmente los de concesiones de explotaciones. Por ello, las fechas extremas que abarcan son de 1842 a 2005». En total son 28 libros registro y 166 cajas, «que suponen solo una parte de este fondo», ha matizado.

El delegado de Empleo ha destacado que en el conjunto figura la concesión número 1 de la provincia, «un yacimiento de carbón llamado Lusitania en Villaharta, solicitada por la Compañía LHL (Larios, Heredia y Loring). Igualmente valiosos son los libros de policía minera cuyos informes contienen datos sobre poblados, maquinaria o accidentes, así como los planos de las diferentes explotaciones».

Por su parte, la responsable de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Histórico, Cristina Casanueva, ha incidido en que la llegada de esta documentación al Archivo Histórico Provincial supone la puesta a disposición de los investigadores de los antecedentes históricos de la actividad minera de Córdoba.

«Su valor como fuente es muy importante para una provincia con gran tradición en la explotación de los recursos minerales no sólo en el Alto Guadiato con Peñarroya como referente nacional, sino también en otras comarcas que también cuentan con yacimiento de interés», ha subrayado.

Asimismo, ha informado de que el amplio espectro cronológico permite ver la evolución de esta actividad: perfil de los propietarios, maquinaria, condiciones de trabajo o instalaciones, entre otros, «todo ello reflejado en los libros registro, en los expedientes de concesiones o en los planos de demarcación e instalaciones de las minas. A veces se trata de grandes explotaciones con frecuencia en manos de potentes compañías y otras de pequeño tamaño trabajadas por particulares».

La delegada de Cultura ha querido resaltar especialmente, «por la multitud de datos que ofrecen», los informes elaborados por los inspectores de la policía minera. «Pueden describirnos pormenorizadamente un poblado minero de una aldea de Fuente Obejuna con su escuela, su consultorio médico, y dotado con un cable aéreo, antecedente de los telesféricos, por donde se transportaban las vagonetas hasta la estación de ferrocarril. O describir los detalles de un accidente en la mina y con todas sus consecuencias», ha añadido.

La transferencia de documentación histórica se ha realizado a través del Sistema de Información ‘@rchivA’ de la Junta de Andalucía. A excepción de los planos que han de instalarse en planeros adquiridos para albergarlos. La documentación está organizada y descrita, y disponible para los investigadores.