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Podar y dar forma a los árboles es un procedimiento básico de mantenimiento que afecta al aspecto, la expansión y su rendimiento
Al podar los árboles, se regula el crecimiento, ya que tras una poda fuerte se inhibe el desarrollo de las raíces y, en consecuencia, la absorción de nutrientes del suelo por parte de las plántulas.
Además, la poda fuerte retrasa la entrada en fructificación del árbol, en caso de los árboles frutales, por lo que es importante podar con habilidad y utilizar otros tratamientos de formación de copas.
Tras la poda, se suelen formar heridas en el árbol que crean una puerta de entrada para hongos y bacterias, por lo que es importante podar en el momento adecuado y proteger hábilmente los lugares donde se podan.
Efecto de la poda en el desarrollo del árbol
La poda de árboles tiene muchos beneficios:
Mediante la poda se puede mantener el crecimiento del árbol, la forma y extensión de la copa. Incluso los árboles con una gran fuerza de crecimiento pueden mantenerse a una altura de 3 m con una poda regular.
«Al ralear la copa de ramas antiguas, enfermas y rotas, se mejora la salud del árbol».
En una copa densa, donde hay mucho follaje, éste permanece húmedo durante mucho tiempo, lo que favorece el desarrollo de hongos y virus. Además, incluso con las herramientas más modernas, la fumigación no llega a todos los rincones.
En una copa aireada, tras una tala, el árbol está estimulado, aireado, bien rociado, soleado. Una poda hábil no reducirá su rendimiento.
Independientemente de que haya comprado árboles en primavera o en otoño, la primera poda de formación se realiza siempre en primavera.
Al desenterrar el árbol del vivero, el sistema radicular se ha acortado y, para equilibrar la parte aérea con la subterránea, es necesario acortar la copa. Esto facilita el arraigo del árbol y mejora las condiciones de crecimiento.
Los árboles que sólo tienen tallo y no tienen ramas deben cortarse a una altura de 70-90 cm. Al cabo de un año, tendrá un árbol con un tallo claramente visible y un primer nivel de la copa formado.
En el caso de un árbol ramificado, la regla básica es podar todos los brotes laterales por debajo de 50 cm y acortar los brotes restantes 1/3 de su longitud.
Poda los brotes que crecen con el líder en ángulo agudo y los que son demasiado fuertes. Corta la copa a una altura de 30-40 cm por encima del último brote lateral.
Técnicas de poda
A la hora de podar hay que tener en cuenta algunos aspectos técnicos importantes:
Poda de formación: Esta técnica se utiliza en los primeros años de vida de un árbol o arbusto para darle forma y dirección a su crecimiento. Se eliminan las ramas y brotes que crecen en dirección no deseada y se fomenta el crecimiento de las ramas principales.
Poda de mantenimiento: Esta técnica se utiliza para mantener la forma y tamaño del árbol o arbusto una vez que ha alcanzado la madurez. Se eliminan las ramas muertas, enfermas o dañadas, así como aquellas que crecen en dirección no deseada o que interfieren con otras ramas.
Poda de rejuvenecimiento: Esta técnica se utiliza para restaurar la salud y el vigor de un árbol o arbusto antiguo o dañado. Se eliminan las ramas viejas y enfermas para estimular el crecimiento de nuevas ramas y renovar la planta.
Poda de aclareo: Esta técnica se utiliza para reducir la densidad de la copa del árbol o arbusto, permitiendo que entre más luz y aire. Se eliminan las ramas pequeñas, débiles o que crecen en ángulos estrechos.
Poda de reducción: Esta técnica se utiliza para reducir el tamaño de la copa del árbol o arbusto. Se cortan las ramas principales a una longitud específica para reducir el tamaño de la planta, sin dañar su forma y salud.
Poda primaveral tras la floración
Cuanto más tarde se realice la poda de árboles, más se debilitará su crecimiento.
La poda después de la floración favorece el rendimiento y la coloración de los frutos y flores. En los árboles jóvenes, la poda en este momento puede utilizarse 3-4 años después de la plantación, cuando ya se ha completado la formación de la copa. El efecto más pronunciado, es decir, un crecimiento más débil, una copa más pequeña y suelta, puede obtenerse aplicando la poda anterior 7-14 días después de la floración y repitiéndola en los años siguientes. Es fácil de realizar, segura y sin efectos negativos.
Poda de verano
La poda de verano consiste en eliminar los brotes que engrosan y sombrean la copa. En su mayor parte, se trata de la marchitez resultante de la poda de principios de primavera.
En estos engrosamientos, los frutos son pequeños, menos vistosos, maduran más tarde y el propio árbol pone menos botones florales para el año siguiente.
Para remediar los efectos de la poda precoz, se repite el tratamiento hacia mediados del verano.
Poda de desbroce
La poda de desbroce consiste en aumentar el acceso de la luz solar al centro de la copa. Primero se eliminan las ramas marchitas, rotas y enfermas.
A continuación, se eliminan los brotes cruzados y enredados que crecen hacia el centro de la copa. La etapa siguiente es una poda más detallada, que consiste en cortar la marchitez.
Poda de renovación
Una poda de renovación se caracteriza por el hecho de que sólo se dejan en el árbol las ramas jóvenes, la parte sólida es el tronco y la guía. Los brotes jóvenes excesivos y los brotes de más de tres años se eliminan cerca de la guía. Este método de poda tiene un efecto positivo en la uniformidad de la fructificación. La copa tiene una envergadura constantemente reducida, lo que permite realizar plantaciones muy densas.
Poda de rejuvenecimiento
Los árboles que se dejan desatendidos durante mucho tiempo crecen mucho.
En este caso, se realiza una poda de rejuvenecimiento. Consiste en acortar severamente tanto el tronco como las ramas y ramitas. El resultado de dicha poda será una marchitez muy numerosa, que deberá eliminarse en primavera.
Sólo quedan ramas cortas, inclinadas o torcidas. Éstas darán fruto en el futuro. La poda de rejuvenecimiento puede realizarse una vez cada varios años.
Fuente Comunicae
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