Fernando Recio (arquitecto): «El confinamiento ha hecho que nos demos cuenta de que no vivíamos en el sitio apropiado»

M.E. La crisis sanitaria en la que el mundo se haya inmerso está propiciando muchos cambios -si no no sería una crisis- y una sacudida del statu quo en el que la sociedad se sentía más o menos cómoda cuyas consecuencias son, todavía, impredecibles.

Uno de los sectores que ya empieza a vislumbrar por dónde van los tiros en esta nueva normalidad es el de la construcción. Sus miembros aún acusaban el descalabro de 2008, del que parecían que comenzaban a salir en los últimos meses prepandemia, cuando la losa del covid-19 les ha caído -como a todos- encima.

El arquitecto cordobés Fernando Recio es uno de los representantes andaluces de ese mundo de planos y ladrillos. Con 30 años de experiencia, tiene su propio estudio en la ciudad califa, desde el que ha encabezado infinidad de proyectos, desde obra oficial -como la adecuación del archivo del sindicato UGT en Córdoba o el edificio de Acpacys, Asociación Cordobesa de Parálisis Cerebral y Otras Afecciones Similares- a edificios de usos múltiples y de vivienda unifamiliar.

Justo antes de que se decretara el Estado de Alarma en España, el equipo de Recio estaba realizando unas viviendas en Lleida y varias edificaciones unifamiliares en Córdoba y provincia. Entonces nos confinaron. «En los últimos meses hemos ido terminando los proyectos que teníamos abiertos y, en menor medida, recibiendo nuevos encargos«.

Para Fernando Recio, la situación que atravesó el sector inmobiliario hace 12 años «fue más traumática. Vivíamos en una burbuja que se pinchó en un instante de forma explosiva. Hubo gente que cayó y lo pasó muy mal. Pasamos de un todo exacerbado a casi la nada absoluta», reconoce el arquitecto, quien añade que, tras la crisis de 2008, «la cosa estaba empezando a funcionar de nuevo». De hecho, el cordobés considera que ahora mismo son los sectores del ocio y el turismo los que están pasando por una situación muy similar a la de la construcción en 2008: del todo a la nada.

Dentro de lo malo, el mundo del ladrillo parece que ha encontrado su pequeño rayo de luz en el marco de pandemia mundial que vivimos. Y es que el estar encerrados varias semanas en nuestros hogares ha hecho que muchas personas se den cuenta de que su residencia no se adaptaba, en realidad, a sus necesidades.

«Estamos experimentando un cambio de estilos de vida, una redefinición de la vivienda y de los espacios públicos. Creíamos que teníamos unas normas y criterios que parecían que funcionaban y, ahora, con la pandemia, sobre todo por la reclusión, hemos visto que la vivienda no estaba pensada para ese tipo de situaciones«, explica Recio.

Por todo ello, muchos ciudadanos están inmersos en cambiar de tipo de vivienda o reformar sus casas, principalmente para incluir más espacios al aire libre, como piscina o zonas de deporte, «porque con el confinamiento han visto que no vivían en el sitio apropiado«, argumenta el arquitecto cordobés.

Futuro del sector de la construcción

En cualquier caso, y a pesar de que el negocio camina -lento pero camina- en plena crisis, la evolución de la pandemia hace aún más lejano el horizonte de la recuperación económica. Como recuerda Fernando Recio, «hasta que empezó el confinamiento, todo parecía que iba un poco mejor en  la construcción. Pensé ‘este confinamiento son 15 días o un mes y todo saldrá con más fuerza‘, pero al final fue bastante más tiempo y el futuro dependerá de hasta dónde llegue todo esto. Si avanza hasta 2021, lo consideraremos muy preocupante».

En cualquier caso, el profesional es optimista y confía en que en un año la economía pueda recuperarse y que el imprevisible virus sea controlado en poco tiempo. «Cualquier previsión está condicionada a que un bicho microscópico decida que no es así. No creo que nadie pueda hacer una previsión con rigor», apunta.

Asimismo, Recio reflexiona sobre el nerviosismo imperante en el ámbito inmobiliario, que está frenando las inversiones y que se suma a los problemas previos de financiación que acusaban los promotores particulares. «La gente se controla y prefiere no exponerse. Las cosas en marcha siguen casi con normalidad, pero hay menos encargos nuevos. Estamos a verlas venir, como el resto de actividades económicas del país. Nadie se atreve a embarcarse en aventuras emprendedoras porque parece que la luz al final de túnel se había visto cercana en la desescalada, pero ahora estamos intranquilos de nuevo», concluye el arquitecto cordobés.

El asociacionismo, una ayuda para seguir adelante

Ante esta tesitura, Fernando Recio, presidente del grupo BNI Compromiso Córdoba, ha puesto de relieve que formar parte de alguna asociación empresarial, como BNI, en estos momentos «está suponiendo un pequeño apoyo para no sentirnos solos». El profesional destaca que «el asociacionismo, en general, sirve para eso, para sentirte arropado y protegido y desde esta perspectiva BNI realiza una labor importante entre los miembros de su grupo».

Por último, Recio pone el índice en el lado positivo de este tipo de coyunturas, pues «la evolución y cambio vienen como productos de crisis importantes, ya que de otro modo no se remueven las consciencias y no nos damos cuenta de las carencia que tenemos«.