Rocío Márquez: «Resiliente es un concepto que puede encajar con mi posicionamiento artístico»

Ana Rodríguez. Rocío Márquez se ha ganado a pulso en una década el título de gran dama del flamenco. La cantaora onubense convierte en magia lo que su versátil voz tiene a bien interpretar, de bulerías a guajiras, de serranas a fandangos, de seguiriyas a peteneras… La artista envuelve con su dulzura cualquier palo, lo deconstruye y reinventa como algo tradicional que sabe a nuevo… Un don único que le permite aparecer en cartel lo mismo de un festival flamenco que de uno indie, rock o jazz… En ella la música es música, sin etiquetas ni encapsulados.

Su capacidad de llegar a la misma esencia fue reconocida por última vez el pasado junio, cuando la Academia Iberoamericana de La Rábida le concedió su Premio, en el apartado Versión Nominal, por «su implicación en el ámbito de la historia, la literatura, el arte, la ciencia, la técnica, la cultura y la sociedad».

Con motivo de tal distinción, hablamos con Rocío Márquez para conocer en qué momento se encuentra y qué proyectos tiene:

– Rocío, ¿cómo te encuentras, tanto en lo profesional como en lo personal?
– Puedo decir que me encuentro en un momento de bastante equilibrio entre ambas esferas, algo que vivo como un éxito. Poder cuidar a mi manera tanto mi vida personal como mi trayectoria profesional.

– Festival de Flamenco y Fado de Badajoz, Festival de Música y Danza de Granada, Festival Asisa de Música de Villaviciosa de Odón, Fundación Tres Culturas… no paras Rocío. ¿Qué otras citas tienes en perspectiva para los próximos meses?
– Me hace mucha ilusión volver a festivales maravillosos como Les Sud a Arles, en Francia o Mar de Músicas, en Cartagena. En ambos casos, vamos a recuperar conciertos que el pasado año quedaron pospuestos por la pandemia.

– Entre tanto trabajo, ¿hay tiempo para vacaciones? Si no, ¿cómo desconectas y te relajas?
– Para artistas que vivimos de la música, el verano es nuestra temporada alta, de modo que en mi caso trato de tomar pequeños paréntesis entre un concierto y otro, entre un viaje y otro. Volver a casa, conectarme con la naturaleza. Así me recargo de energía para continuar con la gira.

– Tu tierra te ha vuelto a homenajear, Premio de la Academia Iberoamericana de La Rábida. ¿Cómo has vivido este reconocimiento?
– Con mucha gratitud, precisamente por venir de la tierra que me vio nacer.

– En primavera de 2022 sacarás un disco con Bronquio, el productor de música electrónica. ¿Cómo ha surgido esta colaboración? ¿Puedes adelantarnos algo de cómo será este trabajo?
– En 2019 Bronquio remezcló un tema mío, Empezaron los cuarenta. Fue algo muy satisfactorio para ambos, de manera que decidimos continuar investigando juntos. Y cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos de lleno en un proyecto discográfico. En el disco hay un trabajo conceptual, discursivo y lírico muy exhaustivo que ya iremos compartiendo. También una profundización en los vínculos y las posibilidades de encuentro entre el flamenco y las músicas urbana y electrónica. Ahora, viendo por dónde vamos creando, siento un cierto vértigo parecido a cuando publiqué ‘El Niño’.

– ¿Qué otros proyectos tienes actualmente?
– Pues el mes pasado estrené en Francia un espectáculo llamado ‘Lamento’ donde comparto escena con un coro de polifonía contemporánea llamado AEDES. Son una agrupación de 24 cantantes dirigidos por Mathiew Romano. Una experiencia maravillosa.

– ¿Cuándo podremos escucharte de nuevo… en el cine? ¿Vas a prestar tu voz a la banda sonora de nuevas películas?
– Sí, este 23 de julio se ha estrenado El Cover de Secun de la Rosa, ahí hago junto a Canito una versión del mítico tema Mala, malita, mala.

– Tu revisión constante de los palos del flamenco te hacen una artista inquieta, innovadora… ¿quizá resiliente? ¿Te identificas con esta palabra?
– Nunca lo había pensado, pero sí es un concepto que puede encajar con mi posicionamiento artístico. Poder estar un día junto a Fahmi Alqhai en un circuito de música antigua, el siguiente en un ciclo de flamenco con guitarra y palmas y al otro en un festival de World Music en Francia, por ejemplo, me están posibilitando desarrollarme en diferentes facetas.

– Desde marzo de 2020 el mundo ha dado un vuelco. ¿Cómo lo has vivido tú, ya no como cantante, sino como ciudadana del mundo?
– En mi caso, he sido una privilegiada. El parón me ha cogido en un momento donde realmente necesitaba parar, de modo que lo he aprovechado para frenar el ritmo frenético al que estaba acostumbrada. Ahora el reto es volver a activar mi actividad construyendo un ritmo más respetuoso con mis necesidades.

– ¿Qué reflexión harías de la situación que estamos pasando?
– Me gustaría poner la atención sobre la incertidumbre con que esta situación nos confronta, esta incertidumbre es real, nos atraviesa. Y es la incertidumbre inherente a estar vivos. Hoy estamos aquí y mañana… no sabemos. A mí al menos esto me ayuda a ser más honesta conmigo misma, en el sentido de cuestionarme la vida que quiero llevar y dónde quiero poner mi tiempo, cariño y energía.

– Muchas gracias Rocío

Biografía

Recordemos que Rocío Márquez (Huelva, 1985) es doctora cum laude por la Universidad de Sevilla con su tesis sobre ‘Técnica Vocal en el Flamenco’, además de docente y conferenciante.

Lleva más de diez años dedicada a su carrera musical, en la que cuenta con numerosos trabajos discográficos publicados como ‘Aquí y ahora’ (2009), ‘Claridad’ (2012), ‘El Niño’ (2014), ‘Firmamento’ (2017), ‘Diálogos de viejos y nuevos sones’ (2018) -junto a Fahmi Alqhai-, ‘Visto en El Jueves’ (2019) y ‘Omnia Vincit Amor’ (2020) -EP digital en torno al Amor Brujo junto a Enrike Solinís y la Euskal Barrokensemble-.

Ha colaborado con referentes musicales como Jorge Drexler, Kiko Veneno, Rosa Torres Pardo o Arcángel, entre muchos otros, y actuado tanto en festivales como en escenario de todo el mundo.

Entre otros galardones, ha obtenido el premio Les Victoires du Jazz al mejor álbum de músicas del mundo, siendo la primera artista española en conseguirlo; la Lámpara Minera en el Festival de La Unión; el Giraldillo a la Innovación de la Bienal de Sevilla; el Coups de Coeur de la Academia de Charles Cros (Francia); el Premio Meridiana de la Junta de Andalucía; el Premio Plaza de España del Gobierno de España o la Medalla de Oro de la Petenera, siendo la primera mujer en recibirla.