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La base logística del Ejército de Tierra en Córdoba llevará el nombre del general Javier Varela Salas

La ministra de Defensa, Margarita Robles, junto al Jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra (JEME), el general Francisco Javier Varela Salas. / Foto: Archivo / Ministerio de Defensa. / Europa Press.

Europa Press. La nueva base logística que el Ejército de Tierra planea instalar en Córdoba llevará el nombre de su actual jefe de Estado Mayor, el general Francisco Javier Varela Salas, según ha anunciado este viernes la ministra de Defensa, Margarita Robles.

El Ministerio anunció este jueves la elección de Córdoba como sede de esta gran instalación del Ejército de Tierra, que pretende aunar en una sola base más de una decena de centros logísticos militares hasta ahora repartidos por diferentes puntos de España.

La previsión es que el proyecto genere más de 1.600 puestos de trabajo, la mayor parte de personal civil, y cuente con un amplio desarrollo tecnológico y de innovación, para lo que el Ejército de Tierra trabaja ya en estrecha colaboración con la Universidad de Córdoba.

El alcalde de la ciudad, José María Bellido (PP), acogió con entusiasmo la noticia, que aseguró que convertirá a Córdoba en «un motor tecnológico y de I+D+i en Andalucía y en toda España». También el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, celebró haber conseguido este objetivo «gracias a la colaboración y la unidad de todos». «Andalucía es referencia», destacó.

Se trata de un proyecto en el que el Ejército de Tierra lleva trabajando ya más de diez años para lograr una racionalización de sus estructuras de apoyo logístico, «con la idea de mejorar la eficacia y reducir costes en el mantenimiento de la infraestructura dada la antigüedad de las instalaciones actuales».

Según explica, la nueva base será un centro moderno que incorporará sistemas basados en la robótica, la inteligencia artificial, la impresión en 3D o la Realidad Virtual y Aumentada.

Además, el Ejército de Tierra asegura que la inversión necesaria para acometer este innovador proyecto, que se calcula en unos 300 millones de euros, se amortizará «en un breve período de tiempo, repercutiendo positivamente en el erario público».

Ahora, considera que el principal reto es la sincronización, ya que se debe realizar la transición del actual modelo al nuevo sin pérdida del apoyo logístico. «La necesidad de mantener la cadena logística operativa y los esfuerzos en atender de manera preferente las diversas circunstancias del personal militar y civil implicados condicionan la hoja de ruta para la transición», explica la rama terrestre de las Fuerzas Armadas.

Además, se pretende que el proyecto tenga el menor impacto posible en el personal civil y militar y no se realizarán traslados forzosos de trabajadores que no pertenezcan a las Fuerzas Armadas.