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¿Cuál es el origen de las cruces de mayo?

¿Cuál es el origen de las cruces de mayo?

AndalucíaBN. Estamos a escasos días de entrar en mayo, un mes que, especialmente en Andalucía, está cargado de grandes eventos y festejos. Uno de los más famosos son las cruces de mayo, muy extendido por toda la geografía de la Comunidad, desde Huelva a Almería, teniendo no obstante más fama las de las provincias de Granada y Córdoba.

Hoy día, la celebración de las cruces de mayo puede variar en los diferentes puntos, pero hay una serie de elementos comunes a todas ellas. El principal, como no, la Cruz, que referencia a la cruz en la que pereció Jesucristo, y que suele estar ornamentada con flores, hojas y otros elementos naturales. Precisamente la exuberante vegetación que explosiona en primavera también es protagonista de esta fiesta, al igual que la música y bailes populares, entre otras tradiciones.

Seguro que muchas personas se preguntan cuál es el origen de las cruces de mayo. La respuesta no es sencilla, pues mezcla historia, leyenda, culturas y relatos transversales a siglos y generaciones. Vamos a dar algunas pinceladas para componer una imagen, al menos parcial, de tal origen.

La diosa Cibeles y el castrado Atis

La fiesta de las cruces de mayo tiene, según han apuntado investigadores como el sacerdote y escritor humanista italiano Polidoro Virgilio (s.XVI), cierta conexión con celebraciones grecolatinas vinculadas a la primavera (en honor a la diosa de la fertilidad Maia a primeros de mayo, por ejemplo). Este autor, en concreto, la relacionaba con las Florarias, fiestas en honor a la diosa romana Flora, que comenzaban el 27 de abril y cuya duración era de hasta seis días.

En aquellas no había referencias a ninguna cruz, lógicamente, pero sí hay unas fiestas, las dedicadas a Atis, un semidiós de la mitología griega, en las que, al comienzo de la primavera, los griegos celebraban una procesión portando un pino sagrado envuelto en bandas de lana. Para entender tal escenificación, hay que conocer la historia de Atis, de la que además hay varias versiones…

Escultura de Atis en e Louvre. / Foto: Jastrow
Escultura de Atis en e Louvre. / Foto: Jastrow

Atis era un guapo joven del que se enamoró Cibeles. Según Ovidio, en el libro IV de ‘Fastos’, el muchacho se convirtió en guardián del templo de la diosa a condición de mantenerse virgen, pero se enamoró de una ninfa y rompió su promesa. Cibeles, por venganza, la asesinó cortando el árbol del que dependía su vida y Atis, en plena locura, se castró. Otras versiones hablan de que el semidiós iba a casarse con una hija del rey Midas y Cibeles, enamorada de él, lo hizo entrar en un frenesí con el mismo final, la autocastración.

Sobre qué pasó con el joven también hay varias historias, siendo una de ellas que, a consecuencia de la lesión, Atis murió y, destrozada, Cibeles lo resucitó convirtiéndolo en un pino siempre verde. Por ello, en las fiestas en su honor, el primer día era de luto y sus seguidores procesionaban portando un pino; el segundo estaba dedicado a la fiesta, el tercero a la castración de los sacerdotes y el cuarto a celebrar la resurrección de Atis.

El emperador Constantino y su madre, Santa Helena

Un origen de las cruces de mayo vinculado a la tradición judeocristiana lo encontramos en el relato del hallazgo de la cruz en la que murió Jesús por parte de Helena de Constantinopla, madre del emperador Constantino. Recordemos que éste ha pasado a la historia por ser el primer emperador romano que se convirtió al cristianismo y estableció la libertad de culto en el Imperio, acabando con la persecución de los cristianos.

Según fuentes históricas, en el año 312 Constantino estaba enzarzado en una guerra contra el emperador Majencio cuando tuvo un sueño, una visión, en la que Dios le indicaba que si colocaba el crismón al frente de su ejército, vencería. Así lo hizo y ganó la batalla del Puente de Milvio que lo catapultó a la victoria del conflicto. Desde entonces, Constantino se acercó al cristianismo.

Cuadro de Santa Helena realizado por Giovanni Battista Cima da Conegliano.
Cuadro de Santa Helena realizado por
Giovanni Battista Cima da Conegliano.

Su madre, Flavia Julia Helena, fue protagonista, ya siendo anciana, de varias expediciones en busca de reliquias cristianas. Una de ellas, la Vera Cruz en la que murió Jesús. El autor de la biografía de Constantino, Eusebio de Cesárea, nunca dejó claro en sus escritos si de verdad Santa Helena encontró el madero, sólo en una carta posterior al hijo del emperador cita que la Cruz fue hallada durante el reinado de su padre.

La leyenda asegura que Helena de Constantinopla ordenó derrumbar edificios y cavar en el monte Calvario hasta encontrar tres cruces. Para averiguar cuál era la de Jesús, hizo que una persona enferma tocara los tres maderos, sanando al acariciar uno de ellos. Bajaron la cruz a la ciudad de Jerusalén en procesión y se encontraron con un entierro. Al acercar el madero al fallecido, éste volvió a la vida. Helena y Constantino erigieron un templo en el lugar donde hallaron la Vera Cruz, descubrimiento que se produjo un 3 de mayo.

Las cruces de mayo en América Latina

En Hispanoamérica, el origen de las cruces de mayo está vinculado al colonialismo. Cuando los españoles llegaron al continente americano difundieron la religión cristiana empleando elementos de fácil construcción como la cruz, que colocaban en lugares vistosos de las ciudades.

El Museo Histórico Nacional de Chile recoge en su web que «cuando el sacerdote no estaba, un fiel, llamado fiscal, era el encargado de cuidar la imagen, realizar los sacramentos y rezar a sus pies los días festivos. Los misioneros fundaron hermandades encargadas de mantener el culto a la cruz y de homenajearla durante mayo. «Vestir la cruz» era la actividad con que se abría la celebración el 1 de mayo. Para concluir la celebración, la cruz del pueblo era llevada en procesión por la localidad».

¿Cuál es el origen de las cruces de mayo?
Cruz de la Plaza de San Andrés en Córdoba. / Foto: Europa Press / Archivo.

La Invención de la Santa Cruz de Mayo

La Invención de la Santa Cruz, Santa Cruz de Mayo o Fiesta de las Cruces es el nombre que recibe la celebración del culto a la Vera Cruz, instituido tradicionalmente los días 3 de mayo, en el rito romano (rito litúrgico latino más extendido en la Iglesia Católica).

¿Desde cuándo se celebra? No está claro, probablemente desde mucho antes de los primeros testimonios que han llegado a nuestros días y que datan del siglo XVII.

En cualquier caso, en Andalucía es innegable el arraigo de esta tradición de origen difuso que cada mes de mayo llena plazas y patios de alegría, música y color en torno a las cruces.