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Pulverizar fertilizante aumenta hasta un 50% el contenido de zinc en el grano de trigo

Pulverizar fertilizante aumenta hasta un 50% el contenido de zinc en el grano de trigo

Un equipo del Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (UCO) ha probado, con ensayos de campo efectuados a lo largo de ocho campañas agrícolas, que pulverizar el fertilizante sobre las plantas aumenta hasta un 50% la concentración de zinc en el grano de trigo que si se aplicara en suelo.

Conforme ha indicado la institución universitaria, las deficiencias de micronutrientes suponen problemas en la salud humana para un tercio de la población mundial. A nivel mundial el déficit de zinc es más problemático en áreas rurales de países en vías de desarrollo, donde la dieta se reduce a la ingesta de productos vegetales cultivados sobre suelos con baja disponibilidad en nutrientes.

La biofortificación, que es el proceso de incrementar el valor nutricional de los cultivos por medio de un incremento de la concentración de minerales o vitaminas, se revela como un remedio a esta problemática.

En la busca de soluciones, la Unidad de Edafología de la Unidad de Excelencia María de Maeztu-Departamento de Agronomía de la Universidad de Córdoba (Dauco), encabezado por el investigador Antonio R. Sánchez Rodríguez, ha buscado a lo largo de ocho años la mejor estrategia de biofortificación con zinc para trigo cultivado en suelos calcáreos en el sur de España.

Entre 2012 y 2019 este equipo probó diferentes métodos para biofortificar el trigo en 11 ensayos en campo establecidos en suelos con déficit de zinc. Se evaluó, por una parte, el efecto de aplicar diferentes dosis de fertilizante al suelo (hasta 10 kilogramos por hectárea) y, por otro, los resultados de aplicar diversas dosis de cinc mediante pulverizaciones a la planta en varios estados fenológicos del trigo.

Al tiempo que la aplicación en suelo resultó ser «poco eficaz», la aplicación foliar se reveló como una estrategia «muy eficiente» para acrecentar el contenido de zinc en la planta, «incrementando la concentración en grano hasta un 50%», ha señalado el estudioso. Fue, de este modo, mucho más efectiva la aplicación foliar, pues con una décima una parte del producto (1,28 kilos por hectárea) se obtuvieron mejores resultados, que con la aplicación al suelo.

Teniendo presente la variedad del trigo, esta aplicación directa a la planta fue más efectiva cuando se aplicó tras el inicio del encañado o en floración.

Alimentar la planta, y no el suelo, se presenta como una estrategia para encarar la problemática del déficit de zinc en suelos calcáreos a corto plazo. Además, si en algún momento se pagase al trigo por su contenido nutricional, el labrador podría ver aumentado su beneficio económico.

Esta solución «es interesante para lugares donde no hay otra fuente de entrada de zinc en la dieta, aunque implicaría agregar una tarea de campo más en el cultivo de trigo o bien conjuntarla con la aplicación de otros tratamientos fitosanitarios», ha explicado Sánchez.

En este trabajo, el equipo de la Unidad de Edafología asimismo buscó un indicador de suelo que ayudase a predecir la contestación del desempeño del trigo duro a la fertilización con zinc. Sin embargo, hallaron que en condiciones de campo es realmente difícil obtener este parámetro y que un indicador simple no puede predecir esta respuesta.

Al tiempo que a nivel de laboratorio se podían acotar algunos indicadores, en campo esta labor se dificulta puesto que es muy dependiente de factores como la precipitación y harían falta muchos más años de estudio.

Fuente: Europa Press.