La luchadora diseñadora de moda cordobesa que triunfa entre las celebrities

Ana Rodríguez. Mujer trabajadora, madre, empresaria… Estos términos representan la realidad de muchas andaluzas de hoy día. La diseñadora Mar Reyes Rodríguez encaja a la perfección en esta descripción. Es uno de esos espejos inspiradores en los que jóvenes -y no tan jóvenes- pueden mirarse. Encontrarán valores que a veces escasean, como la constancia, el tesón, la ilusión, la determinación…

Detrás de los vestidos de lunares o cuadros vichy de Barey, su marca, hay mucho trabajo y sacrificio. La realidad de una joven cordobesa de 28 años que se esfuerza por sacar adelante su negocio, a su familia, y por conseguir que el covid-19 toque, pero no hunda, la firma de moda andaluza que ha conseguido posicionar en el mercado nacional e internacional.

De vuelta a los orígenes

Tras varios años en Madrid, donde se inició su proyecto empresarial, Mar Reyes y su familia han regresado a Córdoba, su ciudad natal, desde donde ahora gestiona Barey, conservando en Madrid solo el taller de confección de la marca.

«Somos completamente digitales. Cuando estábamos en Madrid atendíamos con cita previa, pero a día de hoy el covid ha hecho que nos reconvirtamos en una marca netamente online«, explica la directora creativa y fundadora de Barey.

Y es que 2020 se planteaba como el mejor año de la historia de la firma de moda. Enero y febrero habían sido meses estupendos… pero entonces llegó la pandemia y el consiguiente confinamiento. «De marzo a julio fueron todavía meses buenos, porque no sabíamos lo que nos deparaba el futuro», recuerda Reyes.

Decidió retrasar la colección de la pasada primavera al mes de junio para agotar stock, pero por entonces la sociedad ya era consciente de que la situación iba para largo. Los eventos y fiestas para los que Mar concebía la mayoría de sus diseños estarían limitados y restringidos sine die… 

Estrenarse como madre en pandemia

El dato que falta en esta compleja ecuación es Pedrito. Mar se había quedado embarazada en junio de 2019 y en febrero de 2020, justo antes de que la realidad que conocíamos se pusiera patas arriba, llegó al mundo su hijo. «Iba a la oficina cuando rompí aguas…» recuerda Mar, quien como buena autónoma estuvo trabajando hasta el último minuto.

En Madrid, con la familia en Córdoba, un niño recién nacido y un negocio en crisis que sacar adelante, la empresaria tuvo que tomar difíciles decisiones. La primera, regresar a su tierra y continuar desde allí su andadura. La segunda, buscar refuerzos, incorporando a Barey a Carmen Baño Pasquín, responsable actualmente de atención al cliente y gestión de pedidos. «Los dos primeros años yo hacía todo: diseño, redes sociales, paquetería, pedidos… me organizaba para atender todo. Pero llegó un momento en que necesité ayuda», explica Mar.

El tercer paso del proceso fue reinventarse. Como explica la cordobesa «en noviembre del año pasado sacamos una colección más versátil, de cara a eventos como cenas de Navidad, y funcionó muy bien».

Ahora Barey prepara una nueva colección primavera-verano para sus fieles seguidoras, localizadas tanto en España como en Portugal, Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica o Emiratos Árabes. «Nuestras clientas son muy fieles porque saben que hacemos unidades limitadas y exclusivas y que compran un producto que dura mucho, que no pasa de moda», asegura la diseñadora.

Entre las clientas de Barey se encuentran nombres muy conocidos, como Amaia Salamanca, Marta y Lucía Pombo, María Fernández-Rubíes, María G. de Jaime, Emilia Alfaro, Jessie Kass (Jessie Chanes), Cristina Bullón, Mirian Pérez de Honey Dressing, Paula Llano, Dj Xite&Co, Mery Turiel, Lidia Verlan, Alba Carrillo, Ana Iglesias Panichelli, Melissa y Grace Villarreal, entre muchas otras celebrities.

Así se presenta 2021

A pesar de la situación, Mar afronta el futuro con una actitud positiva, pensando en que su principal sector, el de los eventos, se acabará activando, «aunque sean bodas con una decena de invitados. Las parejas que han tenido que retrasar sus enlaces quieren casarse ya, sea como sea», asegura la empresaria.

Asimismo, Reyes apunta que están siendo «meses duros, pero al final no nos queda otra que ver el lado positivo, que siempre lo hay, y los que por suerte tenemos trabajo, poner todo nuestro esfuerzo en ello. El estado de ánimo repercute en la marca y en las ventas. Lo positivo atrae lo positivo. Con esfuerzo, constancia y trabajo, al final se consiguen las cosas. Además estoy segura de que 2022 será un buen año para todos».

La boda de María, donde todo empezó

Así de imparable es la directora creativa de Barey, una marca que nació, precisamente, a raíz de una boda. Inicialmente, Mar nunca se había planteado dedicarse al sector de la moda. Educadora infantil de profesión, vivió durante tres años en Londres dedicada a la enseñanza de español en guarderías.

Tras ejercer en un colegio de Córdoba, se mudó a Madrid hace unos años y entonces «los amigos de mi marido se empezaron a casar», recuerda Mar, y continúa: «siempre me ha flipado hacerme vestidos. Para las bodas, compraba mis telas y diseñaba el vestido, que luego llevaba a una modista de confianza para que lo cosiera».

Hasta que llegó la boda de María y la cordobesa lució una blusa y una falda a las que bautizó como ‘Vestido María’ en honor a la novia. El éxito fue tal, que la joven decidió crear su propia marca. Nacía Barey.

Con el presupuesto inicial del que disponían lanzaron una primera colección. Su buena aceptación permitió invertir las ganancias en una segunda producción y, al cabo de año y medio, consiguieron tener una oficina en la calle Fernando VI de Madrid. «Desde primera hora la marca tuvo mucha aceptación y empezamos a vestir a famosas e influencers porque ellas se interesaron en nosotros», apostilla Reyes.

A todo esto, Mar no sabía nada sobre cómo llevar una empresa. Con un poco de ayuda, tuvo que aprender rápido a gestionar su negocio y manejar a proveedores y talleres.

Transparencia y constancia, la clave del éxito

Con casi 111.000 seguidores en Instagram (y más de 17.000 en su cuenta personal), la cordobesa afirma que su estrategia de éxito es muy sencilla: una combinación de transparencia -en redes sociales siempre se muestra humilde y cercana, tal como es- y mucho trabajo, porque «si sabes lo que quieres, con esfuerzo se consigue».

Un esfuerzo no exento de sacrificio, máxime desde que es madre. «Mi hijo ha venido conmigo al atelier, a la oficina, viajes a Sevilla, a Madrid…» confiesa Mar. Y es que la conciliación es una difícil compañera de jornada que acaba pasando factura: «intentas llevarlo todo para delante sola y acabas con dolores de espalda, de cabeza, no duermes… Una empresaria no tiene descanso. De hecho, los fines de semana los dedico a Barey porque es cuando más manos hay para estar con Pedrito», reconoce Reyes.

Confesiones de una madre andaluza, emprendedora de éxito, que como buena luchadora sigue peleando para sacar adelante su sueño, su negocio, a pesar del covid y de las dificultades del día a día.