Antonio Beltrán, 35 años innovando en la herrería cordobesa

Paula Chacón. Antonio Beltrán lleva 35 años detrás de Beltrán y Arévalo, una empresa familiar, con la que continuó su andadura profesional, dedicada a la carpintería metálica en Córdoba.

Sus inicios tuvieron lugar al comenzar a hacer arreglos en el campo para sus amigos y familiares. Lo que empezaba como una afición, se fue profesionalizando con el tiempo. Crecían sus clientes, compró más maquinaria, dedicaba más tiempo… hasta que nació Beltrán y Arévalo.

Antonio nos cuenta que su empresa se ha especializado en trabajos de hierro, aluminio y acero inoxidable, ya sea tanto para puertas, ventanas, cancelas, barandas, etc. La mayoría de sus clientes son de Córdoba capital y municipios, pero incluso tiene algunos clientes de Málaga, Sevilla o Cádiz que confían en el equipo. La mayor parte son clientes particulares, aunque también trabajan arreglos en comunidades o pequeñas empresas en menor medida.

Preguntamos a Antonio por cómo recuerda los meses de confinamiento para su empresa y cómo continúa viendo la situación actual. Como él mismo recuerda «en los meses de marzo y abril en pleno confinamiento, la normativa me permitía seguir trabajando en mi taller, pero luego ese material no podíamos instalarlo en los hogares, con lo que teníamos bastante stock que no salía».

De hecho, durante algunos días de aquellos meses, muchos empresarios tuvieron que poner a sus trabajadores temporalmente en ERTE para sobrepasar los meses más inciertos. Antonio recuerda que de sus 7 trabajadores, «3 tuvieron que ir a ERTE, pero por suerte solo fue por un período de 20 días tras los cuales los recuperé«.

Antonio nos transmite un mensaje de positivismo, pues se siente afortunado de formar parte de un sector, y contar con una empresa y unos clientes, que han podido hacer que sus trabajadores se vieran poco afectados. Como el mismo ejemplifica, «pertenezco a un sector que es necesario, llevamos a cabo instalaciones o reformas que una casa necesita, por eso no nos hemos visto tan afectados.»

Antonio agradece especialmente a sus clientes «de toda la vida», como él los llama. «Nosotros vivimos del boca a boca, de hacer un buen trabajo en una casa y que la persona nos recomiende a otra y a otra.» Antonio recalca que su equipo hace muy buenos trabajos, son profesionales, pero siempre desde la humildad, «para nosotros el cliente siempre tiene la razón, somos humildes en nuestro trabajos y poco vanidosos. Nuestra filosofía es que la prioridad es hacer un buen trabajo, dejar al cliente contento, y usar los mejores materiales siempre en beneficio de nuestro cliente».

De hecho, cuando le preguntamos el secreto para liderar una empresa de más de 30 años y ser uno de los mejores talleres de Córdoba en su sector, nos contesta lo mismo, «convertir el cliente en amigo. Llevamos muchos años llevando a clientes fieles que confían en nosotros. Hacemos trabajos de calidad, limpios y curiosos, y eso lo tienen mucho en cuenta a la hora de repetir y recomendarnos a sus amigos o familiares».

Terminamos hablando del futuro, este tan incierto para muchas familias y empresas que ven su trabajo peligrar. Su empresa ha perdurado muchos años y lo tiene claro, «la crisis del 2008 fue mucho más dura. En ésta, nosotros vivimos unos meses inciertos en pleno confinamiento, pero cuando volvió la nueva normalidad, nos recuperamos rápidamente. De hecho, este 2020 ha sido un buen año económico para Beltrán y Arévalo gracias a la confianza que depositan nuestros clientes en nuestro trabajo».

2021 se presenta como el año de la esperanza, y para nuestro protagonista, hay que aprender a mirar con optimismo. «La vacuna nos devolverá el ánimo y la situación económica acabará remontando.» «Hay que tirar para adelante, la historia no la escriben los cobardes«, sentencia.