Andalucía reivindica el flamenco como seña de identidad en su décimo aniversario como Patrimonio Inmaterial 

Así lo ha trasladado el Parlamento en el marco de una declaración institucional que ha leído la presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, al inicio de la sesión plenaria de este miércoles.

En dicha declaración, el Parlamento ha mostrado también su «parecer favorable a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico para que, con motivo de dicha declaración, continúe desarrollando la programación específica en lo que resta de 2020 y prosiga realizando actividades con el sector en 2021».

También ha acordado «respaldar a la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico en relación a disponer, por su relevancia e importancia, de una ley andaluza del flamenco, sobre la que ya se está trabajando, para que en el plazo más breve posible podamos seguir dando visibilidad y mayor cumplimiento a los mandatos estatutarios en relación al flamenco, teniendo en cuenta las aportaciones del sector».

Igualmente, el Parlamento ha defendido «la necesidad de impulsar el Consejo Asesor del Flamenco como órgano colegiado consultivo para fomentar y coordinar las políticas públicas relacionadas con el flamenco».

La declaración institucional proclama que «Andalucía es conocida internacionalmente por el patrimonio que atesora, y uno de los elementos fundamentales de ese patrimonio es el flamenco», que se constituye en la comunidad «como seña de identidad cultural y colectiva más genuina ante el mundo», y «uno de los elementos más singulares y definitorios de nuestro patrimonio».

El Parlamento ha recordado que, el 16 de noviembre de 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) «reconoció el flamenco como la manifestación musical con mayor personalidad de la cultura española y un arte aplaudido y acreditado en escenarios de todo el mundo, además de distinguir los valores culturales únicos de este género musical originario del sur de España, Andalucía».

A partir de esa fecha, según sostiene la declaración institucional leída este miércoles, «el flamenco se convirtió de forma oficial en un arte universal, con la obtención de la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, lo que supuso un respaldo otorgado por la institución cultural más influyente del mundo y otorgó al arte jondo un marchamo que abrió nuevas expectativas y horizontes en los rincones del mundo que aún no se habían interesado por él, a la par que contribuyó a consolidar el prestigio del que gozaba por su propia historia y su ingente valor artístico».

Al cumplirse en este año el décimo aniversario del reconocimiento de la Unesco, «las instituciones debemos renovar nuestro compromiso por su conservación, recuperación, conocimiento, promoción y difusión, atendiendo a su dimensión internacional, como embajador de nuestra cultura y reforzando la responsabilidad de mantener encendido y vivo este signo distintivo cultural, que además es una fuente importante de empleo y de riqueza en Andalucía y en toda España», según han convenido en señalar los grupos parlamentarios andaluces.