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Las excavaciones arqueológicas en Giribaile se mantendrán hasta la llegada de lluvias

Las excavaciones arqueológicas en Giribaile se mantendrán hasta la llegada de lluvias

Europa Press. Las excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en el paraje de Valcuerna, en el entorno del pantano del Giribaile (Jaén), y que han sacado a la luz una almazara romana de aceite y un horno de cerámica, se van a mantener en tanto en cuanto no lleguen las lluvias y el volumen del pantano no vuelva a subir.

El alcalde de Rus, Manuel Hueso, ha visitado las excavaciones que la UJA, a través del Instituto de Arqueología Ibérica, está realizando en el entorno del Giribaile sobre los restos de una villa romana.

Se trata de una intervención arqueológica financiada por el Ayuntamiento de Rus en el paraje de Valcuerna, donde el bajo de nivel del embalse ha dejado al descubierto una serie de vestigios entre los que destacan una antigua almazara de aceite y un horno de cerámica donde se cocían las tejas de arcilla que se utilizaron para la construcción de la villa y las cercanas.

El profesor José Luis Serrano, uno de dos directores de la excavación, ha informado al alcalde de todo lo que se ha localizado y de las zonas que están pendientes de investigar antes de que lleguen las lluvias y se vean obligados a paralizar los trabajos que están llevando a cabo desde la UJA apoyados por un equipo de personas contratadas por el Ayuntamiento de Rus.

La valoración que ha realizado al alcalde es que el nivel de los hallazgos es «muy prometedor e incluso superior al que en un principio se podría esperar». Hueso ha valorado el trabajo que se está realizando y el interés que desde otras instituciones se están mostrando por los vestigios localizados y por lo que puede representar en los asentamiento en el Alto Guadalquivir.

Parte de lo que se está investigando en la zona del Valcuerna ha estado en buena parte de tiempo cubierto por las aguas del pantano del Giribaile, eso está favoreciendo las excavación por un lado, mientras los investigadores reconocen que el agua ha perjudicado la conservación de algunas zonas.