Paula Chacón. Desde el nacimiento de la Fundación el Gancho Infantil en 2018, son multitud las familias que se han visto favorecidas por las iniciativas que realizan para mejorar la estancia de niños en hospitales y la de sus familias.
Cuando un pequeño enferma y tiene que pasar una temporada en un hospital, es un duro trago para las familias que ven como la vida del niño se paraliza durante un tiempo. Hacer que los niños sigan siendo eso, niños, es una de las premisas de esta Fundación que va camino de conseguir su tercer reto.
Nacieron con su primer proyecto La Azotea Azul, que se convirtió en una realidad tras meses de recaudación. Su origen fue la necesidad de una familia conocida, de un espacio de juego y recreo para su hijo hospitalizado. Ahí, empezó el proyecto que ha mejorado la vida de cientos de niños.
Hablamos con María García sobre este proyecto, responsable de comunicación de la Fundación, quien nos ha contado cómo han vivido estos años desde su creación y los últimos meses marcados por la pandemia
- Todo comenzó con La Azotea Azul, ¿en qué consistía este reto?
Este proyecto trataba de construir un espacio lúdico para que los niños hospitalizados pudieran tener un tiempo de juego y de recreo, de tal forma que su estancia en el hospital se hiciera mucho más amena y divertida. Cuando lo conseguimos, donamos este espacio al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, que es quien actualmente lo gestiona y se encarga de su buen funcionamiento. Fue todo un éxito porque era un espacio que agradecieron mucho los niños y padres.
- ¿Cuándo comenzó el proyecto de El Sillón Azul?
El Sillón Azul fue nuestro segundo reto, que pusimos en marcha una vez finalizó la financiación para La Azotea Azul, concretamente en octubre de 2019. Esta vez nos propusimos cambiar los antiguos sillones incómodos que tenían muchos hospitales, por unos sillones-cama mucho más grandes y cómodos. Muchos padres pasan las noches allí, y con este modelo permite hasta estar dos personas.
- ¿Este reto estaba pensado solo para Sevilla?
No, aquí quisimos ser más ambiciosos y abarcar aquellos hospitales andaluces que tuvieran una mayor necesidad. En un primer lugar, nos pusimos en contacto con las administraciones públicas para localizar cuántos serían necesarios para cada hospital y así cubrir la mayor demanda posible. Logramos poder fabricar 531 sillones que fueron donados a 28 hospitales de todas las provincias de Andalucía. Sevilla fue la provincia en la que más sillones fueron donados, seguida de Málaga, Cádiz, Córdoba, etc. Con este reto queríamos llegar a abarcar más población y pudimos conseguirlo.
- ¿Estos sillones para qué alas del hospital están destinados?
La mayor parte estaban destinados a las habitaciones de pediatría, que llevaban 30 años con unos sillones duros antiguos que no permitían ningún descanso a las familias. Pero también se han destinado algunos a salas de lactantes y de maternidad, en aquellos casos de neonatos que pasan semanas en el hospital y necesitan de sus familias al lado.
- Y si ya habéis conseguido el reto propuesto de El Sillón Azul, ¿tenéis pensado uno próximo?
Sin duda. Ya tenemos en marcha Tu Casa Azul. Nace de la necesidad de proporcionar «un hogar fuera del hogar» a aquellas familias que se ven obligadas a desplazarse a Sevilla, lejos de su residencia habitual, debido a la enfermedad de sus hijos. Muchas historias que nos llegan son duras, sabemos incluso de un padre que ha tenido que dormir en el coche porque tenía a su hijo ingresado. Esperamos con esto solucionar estas situaciones tan difíciles para las familias y facilitar un poco estos momentos donde deberían estar los más juntos posible y hacer que noten lo menos posible el cambio con su vida anterior.
Para este reto, es necesario una recaudación de 2 millones de euros. Sabemos que es un proyecto muy ambicioso, y que tardaremos algo más que con los anteriores, pero aún así es sorprendente toda la gente que se está volcando. Además, en en este caso colaboramos con la Fundación Infantil Ronald McDonald, que ya ha construido 4 casas en ciudades de España, una de ellas, Málaga. La idea es que cada Fundación recaude la mitad de lo necesario.
- ¿Cómo conseguís la financiación? ¿Os ayuda alguna institución pública?
Nosotros no obtenemos financiación de ninguna institución pública, pero sí tenemos acuerdos con la Consejería de Salud y el SAS para conocer aquellos hospitales públicos que más necesitan nuestras donaciones. Más tarde, ellos se encargan del buen funcionamiento y uso de los materiales, por lo que es muy importante esta comunicación, ya que estudiamos con ellos las características de las habitaciones de los hospitales y lo que cada una de ellas necesitaría.
- ¿Cómo os financiáis entonces?
Tenemos varias vías. Una de ellas son los socios, que hacen donaciones de forma periódica. Pero también contamos con iniciativas que nos ayudan a recaudar fondos, como carreras solidarias o eventos en donde la entrada va destinada a la Fundación.
También hay empresas que de forma muy generosa nos ayudan. Hay que recordar que tampoco es un momento fácil para muchas de ellas, pero gracias a la solidaridad, empresas como Álvaro Moreno crearon una mascarilla con nuestro logo, #MascarillasConAlma, en la que todo lo recaudado va destinado para la Fundación. Es una gran ayuda.
En la propia web de la Fundación se puede ver cómo donar y toda la información para aquellas personas que quieran ayudar a conseguir este siguiente reto. No es necesario hacer una gran aportación, porque todo suma por pequeño que sea, tenemos pulseras y chapas que regalamos a cambio de un donativo desde 1€, y que tienen muy buena aceptación porque es incluso un regalo que la gente compra para recuerdo de su boda o en comuniones y bautizos.
- Y actualmente, con esta situación de pandemia, ¿cómo lo estáis llevando a cabo?
Con El Sillón Azul no nos vimos tan afectados por la pandemia porque la mayor parte de la financiación ya se había recaudado antes de ella. En cambio, para Tu Casa Azul lo tenemos un poco más complicado por las limitaciones en cuanto a eventos se refiere. Aun así, es sorprendente cómo la gente siempre «inventa» algo para ayudar. Muchos venden libros y nos donan el dinero, o colegios como el CEIP Lora Tamayo de Sevilla, que para el Día de la Paz han organizado una carrera virtual, en donde los kilómetros que cada persona hacía por su cuenta, donaban dinero para el proyecto.
También se han unido comercios azules, es decir, comercios que añaden una hucha en la que se pueden realizar microdonaciones, o que tienen a disponibilidad de sus clientes pulseras o chapas para ayudar.
- ¿Cómo están viviendo los niños hospitalizados esta situación? ¿Qué información os llega?
Actualmente es un momento duro para todos, y eso sin duda también afecta a los más pequeños. Ahora por ejemplo, La Azotea Azul no está operativa, ya que hay niños con defensas muy bajas que hay que proteger, y exponerlos aquí con otros niños en esta situación no es viable. Además, hay que sumarle un régimen de visitas mucho más restrictivo y lo que para ellos supone. Es una situación dura, pero nos consta que los hospitales tienen especialistas para intentar paliar al máximo estos efectos negativos en los pequeños y que noten esta extraña situación lo menos posible.
- ¿Qué respuesta habéis tenido de las personas con esta iniciativa?
Buenísima. Tanto por parte de la gente, como de los sanitarios y personal de los hospitales que veían la gran necesidad, como de medios de comunicación o empresas. Ha habido una gran y muy buena respuesta. Estamos muy agradecidos por cómo se han volcado con el proyecto. Tanto Tu Casa Azul como El Sillón Azul lo conseguimos en un tiempo incluso antes de lo planeado, nos sorprendimos mucho, pero la gente es así, muy solidaria.
Por ejemplo, para Tu Casa Azul tenemos una forma nueva de colaborar que es ‘Apadrina una habitación’, de forma que con la donación de 10.000€ se construye una habitación de la casa, y se colocará en la puerta una placa representante de la empresa o grupo, así como dentro algún elemento decorativo de la misma.
Nos llegó que un grupo de médicos del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, de unas 60 personas aproximadamente, habían recaudado este dinero. Nos sorprendimos mucho, son personas que venden pulseras o chapas entre sus familiares y amigos y al final eso llega a unos y a otros…. y se consiguen cosas tan bonitas como éstas. Esperamos tener pronto nuestra Casa Azul y seguir mejorando las vidas de las familias y sus hijos.
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