Eva y qué, de camarera en Jaén a monologuista en ‘La Chocita del Loro’ de Madrid

Ana Rodríguez. Eva Martínez Lendínez es una jiennense que tiene un don, un arte: hacer reír a la gente. Conocida artísticamente como Eva y qué, esta talentosa monologuista de origen humilde ha conseguido que su nombre sea uno de los habituales en los carteles de ‘La Chocita del Loro’, el teatro de comedia más prestigioso de Madrid -y quizá de toda España-, un auténtico Olimpo para quienes se dedican a un género muy necesario en nuestros días.

Eva, a la que además todos podemos escuchar en el programa ‘Atrévete’ de Cadena Dial, es una andaluza que se marchó a Madrid con escasos medios para perseguir un sueño. Ella lo alcanzó, pero ha tenido que trabajar y sacrificar mucho hasta tener su propio espectáculo en Gran Vía, ‘Reina de rombos’, con el que lleva mucho tiempo alegrando la vida al público.

Quienes conocen a Eva saben que actuar en público siempre le ha dado algo más que pavor. De hecho, nunca se había planteado dedicarse a su actual profesión. Criada en el barrio de Alcantarilla, estudió Estadística en la Universidad de Jaén, aunque lo que realmente quería hacer era Astronomía en Tenerife. Pero en casa los medios económicos escaseaban… A raíz de un infarto, su padre tuvo que dejar de trabajar a los 40 años, lo que promovió que ella y sus tres hermanos entraran desde jóvenes en el mundo laboral. Así, con 16 años Eva empezó a trabajar de camarera para contribuir a la economía familiar y poder costearse los estudios.

Una de las pasiones de la jiennense siempre ha sido la comedia, y acudía a monólogos allá donde se ofrecieran en su tierra, aunque solo de espectadora. Hasta que un día… «en uno de los locales donde trabajé organizaron un concurso de monólogos y todos me animaron a presentarme porque era muy ocurrente y siempre estaba haciendo reír. Yo soy muy vergonzosa, tenía pánico escénico y me resistía, pero al final me inscribí para que me dejaran en paz», recuerda Eva.

Ganó el certamen y empezaron a llamarla de otros locales de Jaén para actuar. «Se ganaba dinero con aquello y me lo tomé como un hobby», asegura Martínez, a quien todos decían que debía plantearse dedicarse a la comedia. Fruto de tanto incentivo, se apuntó a un curso de Comedy Central de tres días en Zaragoza, para el que tuvo que ahorrar «porque era un dineral. Mi idea era seguir actuando en Jaén, pero aprender para hacerlo mejor. En el curso me dijeron que si quería dedicarme a esto me tenía que ir a Madrid y en enero de 2011 di el paso», destaca la artista.

Siempre con el apoyo de los suyos, la jiennense hizo la maleta para lo que iban a ser dos meses en la capital española. Haría otro curso, pero esta vez un poco más largo. Sin embargo, a las dos semanas ya estaba trabajando en un restaurante frente a las instalaciones de Telecinco, empleo que le sirvió para mantenerse en Madrid en un primer momento y que luego compaginó con actuaciones de noches y fines de semana.

El curso al que se apuntó se impartía en ‘La Chocita del Loro’, un teatro dedicado exclusivamente a los monólogos, por donde ha pasado lo mejor de la comedia de España. «Hacíamos pruebas de texto con público real. Al verme actuar, me ficharon los del mismo teatro. Mi jefe quería meter una cartelería fija en Gran Vía e incluir a mujeres. A día de hoy soy la única que se mantiene. Son ya siete años de actuaciones mensuales«, comenta Eva.

‘Reina de rombos’ en Gran Vía

El espectáculo individual que protagoniza la jiennense se llama ‘Reina de rombos’, y es que, desde sus comienzos en Jaén, al final de todos sus números da forma a un rombo con sus manos para transmitir una enseñanza muy útil de carácter sexual… (para descubrirla, no dejen de ir a verla).

Después de tantos años, Eva ha conseguido un texto original, que sabe que funciona en varios públicos, y que va puliendo y modificando en base a factores muy diversos, como épocas del año, lugares donde actúa, actualidad informativa… «Allá donde voy siempre me gusta empaparme de lo que pasa en esa ciudad y lo añado al monólogo, como qué es lo que más le fastidia a la gente del ligar y cuál es el nombre del puticlub más famoso«, reconoce.

En este sentido, Eva afirma que tiene temas recurrentes: «siempre hablo de que soy andaluza, no lo puedo evitar. Me gusta llevar a mi Andalucía, y a mi Jaén en especial, por todos lados. Otro bloque temático que cuento es de cuando me vine a vivir a Madrid. De Jaén a Madrid, una ciudad tan grande, y sin un duro. Y al final siempre añado unos consejos sexuales», destaca divertida la Reina de rombos.

También le gusta improvisar, interactuar con su público durante los espectáculos, preguntarle como si fuera «un colega con el que me tomo una cerveza» para que se sienta parte del show. Y es que el objetivo de la artista no es otro que conseguir que, durante casi dos horas, quienes se sientan en el patio de butacas se olviden de todo y rían.

«En una ocasión estaba actuando en un local en el País Vasco. Un hombre muy mayor se me acercó al  final de la actuación llorando y me dijo ‘Gracias. Mi mujer murió, mis hijos viven fuera. Estoy solo, y durante este rato se me ha olvidado que estoy solo’. Me puse a llorar con él», recuerda emocionada Eva. Pero no se trata de un caso aislado, personas con cáncer, depresión y todo tipo de preocupaciones le han agradecido en estos años su capacidad para hacerles olvidar durante el lapso de su número que están pasando un mal momento.

En este sentido, para Martínez «los monologuistas curamos la enfermedad de la tristeza contando nuestros traumas y defectos. Si el sacar nuestras mierdas sirve para que alguien tenga un buen día, no está pagado».

Colaboradora de Cadena Dial

Otro de los regalos que le ha traído la comedia a Eva ha sido la radio. La jiennense conoció a Luis Larrodera en un concurso y se acabaron haciendo amigos. «Es una persona tan humilde, de un corazón tan grande… me dio consejos y hasta chistes. Mantuvimos el contacto y cuando lo llamaron para presentar ‘Atrévete’ me dijo que me quería en el programa, una chica que pudiera hacer comedia de cualquier cosa y que se pudiera adaptar a las circunstancias de la radio, lo que implicaba hacer un humor muy blanco», explica la monologuista.

Y a la vista está que ha sabido adaptarse a la perfección. Inmersa en su segunda temporada en Cadena Dial, Eva no para de escribir, habiendo elaborado ya para la emisora en torno al centenar de monólogos, uno cada semana.

Pasión por Jaén

Aunque en Madrid le va bien, la mayor ilusión de Eva es seguir dedicándose a la comedia… pero en su tierra, Jaén. Las raíces tiran mucho y echa de menos a su familia y amigos, especialmente en tiempos como los actuales, en los que bajar al sur es más complicado si cabe. Como ella misma reconoce: «es una parte muy grande que me falta. Debido a la pandemia he estado mucho tiempo sin ver a mis padres. Tuve una sobrina y no pude ir a verla. Fallece gente y estás actuando lejos y llegas tarde… Algún día querría vivir de nuevo en Jaén».

A pesar de la distancia, Martínez siempre ha estado vinculada a su ciudad, de hecho lleva varios años organizando una gala benéfica en la Universidad o el Teatro de Jaén bajo el nombre de ‘Una esperanza para Celia’. En la misma reúne a algunos de sus amigos y mejores cómicos del panorama nacional, que actúan gratis para recaudar fondos destinados a la investigación de una enfermedad ultrarrara denominada Déficit de Factor V, un trastorno hereditario de la coagulación.

«Celia es una niña jiennense que conozco y que padece esta enfermedad. Para ella un golpe supone una transfusión de sangre. Su salud es frágil. A través de esta gala, a la que acuden de media más de medio millar de personas, ayudamos a la investigación del trastorno y además llevamos cultura a mi ciudad», destaca Eva.

Apoyo a la cultura

Por último, la monologuista hace un llamamiento para que los ciudadanos apoyen la cultura en un momento tan delicado como el actual. Ella misma tenía numerosas actuaciones programadas en 2020 que se cancelaron a causa de la pandemia. Por ello pide a los españoles que «apoyen al teatro. No ha habido ni un brote en un teatro. Cumplimos todas las normas de seguridad. Nosotros estamos para hacerles reír y animarlos, que la gente está muy triste», concluye.