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Cómo evitar ser la próxima víctima: siete cosas que hacen los usuarios y les exponen a un robo de identidad, según Check Point Software

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Al 77,2% de los españoles lo que más les preocupa es el acceso no autorizado a información personal a través de internet y si se habla de fraude en internet es el robo de identidad (76,1%), según el CIS. El robo de identidad sigue siendo una de las mayores amenazas online y muchos usuarios, sin saberlo, facilitan este delito a través de su comportamiento digital

En 2023, se registraron 354.610 denuncias relacionadas con ciberdelitos en España, lo que supone un aumento del 18,9% respecto al año anterior, según Statista. Check Point® Software Technologies Ltd. (NASDAQ: CHKP), pionero y líder global en soluciones de ciberseguridad, advierte de que el robo de identidad online sigue siendo una de las principales amenazas tanto para usuarios como para empresas en España. De hecho, una encuesta de CIS revela que el acceso no autorizado a información personal a través de internet es lo que más preocupa a los españoles (77,2%) y, si se habla de fraude en internet, lo que más preocupa es el robo de identidad (76,1% ) y los enlaces fraudulentos a través de mensajes de móviles (74,3%).

Cuando los ciberdelincuentes se hacen con la información personal de un usuario, las consecuencias pueden ser devastadoras. Usan esos datos para hacer compras en su nombre, tomar el control de las cuentas online o incluso iniciar trámites legales. A corto plazo, esto puede significar pérdidas económicas directas, como cargos inesperados en las cuentas. Pero el impacto va más allá: a medio plazo, la víctima podría verse envuelta en problemas legales, con tu historial crediticio dañado y enfrentando la enorme carga emocional de intentar recuperar el control de tu vida.

Uno de los fraudes más comunes tras un robo de identidad es la solicitud de préstamos a nombre de la víctima, así como el fraude bancario. A medida que la sociedad se digitaliza, cada vez más personas comparten un volumen creciente de información personal online. Esto aumenta exponencialmente las oportunidades para los ciberdelincuentes, quienes explotan los datos para cometer delitos y muchos usuarios no son conscientes de que su propia conducta online contribuye a aumentar el riesgo.

El impacto de la inteligencia artificial en el robo de identidad
La inteligencia artificial ha facilitado la aparición de amenazas como los deepfakes, que pueden utilizar los ciberdelincuentes para clonar una voz con solo tres segundos de audio y por tan solo $2 dólares. Actualmente, por la sincronización de labios ofrecen 100$ por 30 segundos de contenido y si incluye reemplazo de rostro hasta 150$ por 30 segundos, según Check Point Research.

Estas tecnologías permiten suplantar identidades de manera convincente con solo unos segundos de grabación o manipular videos para imitar gestos y expresiones faciales, lo que aumenta significativamente el riesgo de fraude. El uso de estas técnicas ha tenido impacto en el ámbito empresarial, personal y político. Los ciberdelincuentes no solo buscan beneficios económicos, sino también manipular la percepción pública o dañar la reputación de figuras públicas.

Asimismo, la proliferación de deepfakes atribuidos a políticos demuestra cómo esta tecnología puede utilizarse para arruinar carreras y generar caos social. De hecho, el pasado julio, mientras Estados Unidos se preparaba para las elecciones de 2024, Elon Musk publicó un tweet sobre un vídeo en la red social X que volvió a acaparar titulares en el que Kamala Harris aparece diciendo: «Yo, Kamala Harris, soy la candidata demócrata a la presidencia porque Joe Biden reconoció por fin su vejez en el debate. ¡Gracias, Joe!». Aunque el vídeo alcanzó 136 millones de reproducciones en la red social X, Harris no era la protagonista real de este video, lo que evidencia el peligro de los deepfakes.

La creciente accesibilidad de estas herramientas exige mayor conciencia y medidas de protección frente a estas amenazas emergentes.

Check Point Software explica siete conductas que exponen a un robo de identidad: 

Uso de contraseñas débiles o repetidas: utilizar contraseñas simples o la misma en múltiples sitios facilita el trabajo a los ciberdelincuentes. Para mayor seguridad, es importante crear contraseñas únicas de entre 12 y 16 caracteres con una combinación de letras, números y símbolos. Asimismo, es recomendable integrar en la rutina online un gestor de contraseñas que ayude a manejar claves de calidad y a que no se olviden.
Falta de actualización del software: no actualizar regularmente sistemas y aplicaciones deja vulnerabilidades que los atacantes pueden explotar fácilmente. Las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad críticos. Por ello, hay que mantenerlas habilitadas de forma automática para proteger los dispositivos.
No conocer las alertas de phishing y estafas online: los correos fraudulentos y enlaces falsos buscan engañar a las víctimas para que compartan datos sensibles o descarguen malware. Para identificar un mensaje sospechoso, es importante observar señales de alerta, como errores ortográficos, direcciones de correo inusuales o urgencia excesiva en el tono del mensaje. Por ello, es crucial verificar siempre la autenticidad de los mensajes y evitar hacer clic en enlaces sospechosos o descargar archivos desconocidos.
Compartir demasiados datos personales en redes sociales: publicar en RRSS detalles como la fecha de nacimiento o ubicación facilita el trabajo a los ciberdelincuentes para robar la identidad o lanzar ataques personalizados. Es fundamental revisar la configuración de privacidad para controlar quién puede ver las publicaciones y compartir solo lo necesario con personas de confianza. Evitar divulgar datos sensibles minimiza los riesgos de sufrir fraudes o ataques de ingeniería social.
Uso de Wi-Fi públicas sin protección: conectarse a redes Wi-Fi públicas sin usar una VPN expone los datos a ataques. Los atacantes pueden interceptar información como credenciales o datos bancarios. Usar una red privada virtual permite proteger las conexiones en redes no seguras.
No vigilar regularmente las cuentas personales: no revisar periódicamente los estados de cuenta puede retrasar la detección de actividades fraudulentas. Activar alertas de seguridad y revisar las cuentas bancarias y de crédito con regularidad para detectar transacciones sospechosas de inmediato.
Subestimar la importancia de la autenticación multifactor: no activar la autenticación multifactor facilita a los ciberdelincuentes el acceso a cuentas personales con solo una contraseña. Esta añade una capa adicional de seguridad, lo que garantiza que incluso si una clave se ve comprometida, el acceso no autorizado sigue bloqueado.

«A medida que nuestras vidas se vuelven cada vez más digitales, la cantidad de datos personales que compartimos online aumenta exponencialmente. Desde compras hasta redes sociales, cada interacción digital deja huellas que pueden ser explotadas por ciberdelincuentes», destaca Eusebio Nieva, director técnico de Check Point Software para España y Portugal. «El robo de identidad, que implica la apropiación de datos personales para cometer fraude, está en aumento y muchos usuarios son inadvertidamente responsables de su propia exposición al riesgo».

Fuente Comunicae