Blas Jiménez. Siempre se ha dicho en el argot empresarial que quien tiene un buen cliente tiene un tesoro… Yo sería más concreto, y diría que un buen cliente es además una «agencia de publicidad» y un «vehículo alternativo de financiación».
Trabajar con buenos clientes además de darnos seguridad en nuestras transacciones comerciales nos puede aportar el valor añadido de algo llamado prestigio de cara a la captación de nuevos clientes.
Nuestro refranero dice «Dime con quién andas y te diré cómo eres…»
Las Entidades Financieras valoran mucho la calidad de la cartera de clientes de una empresa al objeto de estimar los riesgos de impago que pueda tener con sus clientes.
Si nuestra relación comercial con estos clientes es impecable y se cumplen los compromisos establecidos, nuestro cliente hablará bien de nosotros en su entorno, y será nuestra mejor publicidad de empresa.
Por otro lado, podremos utilizar a estos clientes como medio de financiación, para lo cual existen en el Sistema financiero productos como Factoring Nacional/Internacional con o sin Recurso mediante el cual podemos anticipar facturas pendiente de cobro de los clientes sin necesidad de esperar al pago en la fecha establecida.
Esta financiación se puede pactar con el Banco que la modalidad sea con Recurso (en caso de impago el Banco puede exigir el pago a nuestra empresa), o Sin Recurso (en caso de impago el Banco no nos puede exigir el pago y tiene que negociar con nuestro cliente el cobro).
También tenemos a nuestra disposición la modalidad de Forfaiting, que incluso por decirlo de alguna manera, es una vía de financiación «más limpia», ya que la empresa vende al Banco el derecho de cobro que tiene sobre su cliente, la Entidad financiera abona a nuestra empresa el importe a cobrar y se convierte en el nuevo propietario y acreedor del cliente por el importe establecido en cada transacción.
Evidentemente, las Entidades Financieras analizan y clasifican en base a su calidad con qué clientes de nuestra empresa quieren «asumir estos riesgos».
Finalmente. si tenemos en nuestro poder algún tipo de aval que hayamos solicitado a nuestros clientes para un suministro concreto, podemos «monetizarlo», o lo que es lo mismo, convertirlo en financiación mediante acuerdo con una Entidad Financiera.
Los beneficios de estos productos van desde la mejora en nuestros costes financieros hasta la ausencia total en la declaración de Riesgos en CIRBE, como es el caso de Forfaiting, lo que representa una importantísima ventaja de cara a la capacidad de endeudamiento de la empresa.
Estos son algunos ejemplos que nos hacen ver que un buen cliente no es solo un comprador de nuestros productos, sino un aliado de nuestra empresa y un colaborador financiero alternativo.
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