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Marco Antonio Rodríguez, periodismo y educación en una misma fórmula

Marco Antonio Rodríguez, periodismo y educación en una misma fórmula

Ana Lisa Stoichici. Marco Antonio Rodríguez dedica su vida profesional a la docencia. El compromiso con su profesión y la perseverancia han hecho que hoy en día esté trabajando en lo que le gusta. Pero su llegada al mundo de la educación esconde detrás un camino lleno de dificultades en el periodismo. Relata su experiencia docente que comenzó hace ya una década en una provincia andaluza de Málaga.

No existe ninguna duda. A pesar de trabajar en algo que le gusta, Marco Antonio Rodríguez no olvida el mundo de la comunicación y afirma: “En su día, tuve mala suerte. Ahora, tengo buena suerte”.

En un entorno virtual como el que ofrecen las tecnologías a través de una pantalla, Marco Antonio Rodríguez no tardó en mostrarse tal cual es. Lo que iba a ser una entrevista pasó a segundo plano para convertirse en una conversación interesante en un ambiente de lo más cercano. “No pude tener una carrera en el periodismo como hubiera querido por muchos factores, entre ellos la crisis, pero tengo buena suerte porque ahora tengo el trabajo que mejor va conmigo, mucha gente no puede decir eso”.

El andaluz, licenciado en Periodismo, pero ejerciendo como profesor de historia en Secundaria actualmente, es un tipo de apariencia atlética, espontáneo e inconformista. Sarcástico pero comprometido con su trabajo y muy simpático, de esos que buscan la manera más elegante de decir que no, cuando no puede ser sí.

Del periodismo a las aulas

¿Qué trae a un periodista al camino de la educación?, es la pregunta del millón. El periodista suelta una carcajada, aunque no duda en responder: “millones de cosas, en parte no se diferencian tanto. Cuando estás en un medio comunicativo tienes público. Si estás en un aula, tienes una audiencia. Además de contar algo, se supone que transmites una serie de valores, también influyes en esa audiencia, igual que en un medio de comunicación. Razón objetiva entre otras cosas fue también la crisis y, bueno, yo tenía el curso para poder presentarme a las oposiciones, hoy en día eso es un máster”.

Marco Antonio Rodríguez opositó por primera vez en el año 2010 y afirma haberle costado trabajo que lo llamaran. Entró por la rama bilingüe y siempre ha ejercido en centros públicos. “En su día empapelé los centros privados y concertados en Málaga, dudo ya que a estas alturas me llamen», señala.

En su vida siempre habrá un antes y un después tras la primera vez que le llamaron para ejercer como profesor. El docente relata sonriendo su estreno al frente de una clase: “vivía en Málaga, lo que empezó como una sustitución se terminó convirtiendo a todos los efectos en una interinidad. Era un 1º de Bachillerato, lunes, 8:15 de la mañana y llovía a mares. Yo lo único que quería era que ni se les pasara por la cabeza que era la primera vez que daba clase en un centro público. No estaba nervioso, estaba como pez en el agua”.

Y llegó el covid…

Tras una década dando clase, lo cierto es que el profesor tiene muy claro el cambio que ha supuesto la llegada de la pandemia en el ámbito educativo. Este apunta que el centro solamente les proporcionó una serie de instrucciones para contactar con el alumnado a través del correo que el instituto les había creado, pero nada sobre cómo seguirían las clases ni las evaluaciones. “Yo solo aprendí a utilizar classroom», señala.

Frente al caos provocado por la llegada del covid-19, este optó por grabar las clases y subirlas a Drive. Las actividades eran tipo test rellenables y lo mismo ocurría con los exámenes, manteniendo la esperanza de que los alumnos no se copiaran.

Sin perder de vista el rumbo de la entrevista, pero sin dejar atrás el sentido del humor que le caracteriza, Marco Antonio, permitiendo asomar alguna carcajada, añade: “algunos de mis compañeros han dado un giro de 180º y otros de 360º. Yo supe dar el de 180º sin ningún problema, quizás porque tenga cierta inquietud en que nadie me haga las cosas a mí”.

Educación a golpe de tecnología

¿Tuvieron los docentes que reinventarse? ”Claro, claro”, responde suspirando. Él, un hombre dedicado a su trabajo. Él, que no entendía de imposibles. Él, que siempre había sido el ‘profe enrollado’, reconoce que estar hablando frente a una cámara mientras daba clase le hacía sentirse como un presentador de noticias en un ambiente muy frío.

Afligido. Así se muestra el periodista al hablar sobre la poca preocupación que mostraron las autoridades hacía los profesores con la llegada de la pandemia. “Somos los grandes olvidados en mitad de esta locura. La única preocupación que vi hacia los docentes era asegurar que no teníamos el virus al principio de curso”, sentencia.

¿Ha creado esto una crisis educativa? «Sin duda», responde con un tono firme que no deja lugar a dudas. Es más, el profesor se atreve a señalar hacia una crisis educativa y de confianza. “Esto ha sacado lo mejor y lo peor de cada uno. Espero que esto no sirva para separar más a los padres del cuerpo docente, sino para unirlos. Deben entender de una vez uno y otro que vamos en el mismo barco”.

Al otro lado de los políticos, Marco Antonio tiene muy presente, cómo no, al cuerpo docente al que además sale a defender: “decir que los profesores tienen formación deficitaria es una falacia”. Pero no termina aquí. Con un tono que deja ver su enfado, este añade que el problema es la pésima formación que a veces, desde instancias políticas, se les obliga a los docentes a dar a los alumnos, como el número de aprobados para cuadrar estadísticas.

Marco Antonio Rodríguez durante la entrevista./ Foto: Ana Lisa Stoichici.

¿Hemos perdido el norte en la educación? “Sí… algunos sí”, contesta reflexivo dejando incógnitas en el aire.

La educación, una asignatura pendiente

Actualmente, Marco Antonio imparte clases de historia y parece ser que el número de aprobados lo acompaña. No obstante, la situación es diferente en otro ámbitos. Y es que, el docente apunta a la educación como “nuestra asignatura pendiente”. Siguiendo esta línea, el profesor añade: “existe algo a lo que yo llamo exceso de garantismo. Está bien conocer nuestros derechos, pero es importante cumplir con nuestras obligaciones”.

Marco, o “Marco sin S” para los amigos, considera llevar ya suficiente recorrido para haberse dado cuenta de qué es lo que falla en la educación y sentencia firmemente a los políticos: “son los primeros y los últimos que fallan”.

El hombre que, si por algo se define es por no callarse las cosas, acusa a los políticos de imponer ciertos controles sobre los profesores y una serie de criterios educativos, por lo que termina utilizando el sarcasmo. “Digamos que hay una especie de comisarios políticos que nos controlan. Y los políticos no dan clase. No tienen la menor idea de lo que es dar clase en un centro público en Secundaria”, argumenta.

Trabajar en lo que le gusta

Viviendo una vida que sabe más de sacrificios que de suerte, manteniendo la misma humildad con él mismo y con todos los que le rodean, el andaluz no duda en apostar por la educación.

¿Cree Marco en la educación? «Sí, por supuesto”, contesta a la pregunta sin dejar lugar a dudas. “En su día tuve mala suerte y ahora tengo buena suerte. Tengo buena suerte porque considero que tengo el trabajo que mejor va conmigo, tengo la suerte de trabajar en algo que me gusta. Mucha gente no puede decir eso”, termina sentenciando.

Marco periodista tiene claro lo que le diría al hombre que está dedicando su vida a la educación: “no te calles, aunque te traiga problemas, eso le diría”.

Corazón de periodista

Pero al otro lado de la docencia, Marco Antonio Rodríguez no olvida al que fue su primer oficio: el periodismo. Es así que…

¿Queda algo en ti como periodista? “Todo, absolutamente todo”, contesta sin pensárselo dos veces. “Tengo la sensación de estar en una charla, no me siento incómodo. Me siento cómodo porque en parte es como si volviera al que fue mi elemento”, afirmaba.

Su elemento, el periodismo. La profesión que tan buenos momentos le ha traído pero que por diversas circunstancias tuvo que abandonar, lleva al profesor a un estado pensativo al ser preguntado: ¿Marco es periodista o es profesor?

«Marco actualmente trabaja como docente, aunque opina que seguirá siendo las dos cosas. No tengo intención en dejar mi actual trabajo, aunque no descarto, si me abren la puerta en alguna emisora, colaborar en algún programa de cine, me encanta el cine”, concretaba.

Periodismo con sentido crítico

Critica las clases políticas. Da la cara por sus compañeros y compañeras de oficio. Apuesta por la formación de los docentes y sigue creyendo en la educación. Sin embargo, Marco Antonio muestra su sentido más crítico hacía los medios de comunicación.

Entonces… ¿vale la pena el periodismo? El comunicador tiene una respuesta para todo. “Depende del canal que pongas”, comienza contestando con el sentido de humor que tanto le caracteriza para seguir argumentando: “cuando pongo Telecirco, tengo la sensación de escuchar un festival de gritos. A mí me interesan más los informativos, así como los documentales… y creo que, en ese sentido, el periodismo ha ganado porque hay una mayor oferta editorial”.  “Creo que hay menos intruso y más gente que sí es periodista, lo que me parece fundamental porque es una profesión muy vocacional”.

Como si de los últimos segundos de un partido de fútbol se tratara, era fundamental para cerrar la entrevista recibir el consejo de alguien tan implicado en su actual profesión pero que tiene tan presente el que siempre será su primer amor a nivel profesional. Esto ocurrió tal que así…

¿Qué le diría Marco a un periodista?

“Muchas cosas”, sonríe para después proseguir. “Que tenga paciencia, porque Roma no se hizo en un día, e intente mantener cierto sentido de la ética que más de una vez pondrán a prueba por cuestiones de publicidad o audiencia. Al menos lo que yo vi, cuando su ego se enfrente con el de un jefe, mejor que no lo haga, que intente adaptarse, ya saldrá su oportunidad”.

Todos los granitos de arena han aportado para que el amante de la comunicación pero también de la educación se encuentre trabajando actualmente en lo que califica como “el trabajo que mejor va con él”. Pero, dejando eso de lado, el docente le diría también algo muy importante a los futuros periodistas.

“El periodismo es una profesión muy bonita y ojalá los futuros periodistas tengan la suerte de que les dejen la libertad creativa que tienen sin recortarla demasiado, hagan el género que hagan”.

Así termina la historia de «Marco sin S» que, si tiene que luchar contra los molinos de viento, lucha, y si tiene claro algo que le diría a un futuro periodista es: “No te quites el permiso de crear porque todos tenemos derecho a inventar”.