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Demuestran que una mezcla de abonos favorecería la descontaminación de zonas mineras

Demuestran que una mezcla de abonos favorecería la descontaminación de zonas mineras

Un equipo de investigación del Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora (IHSM–CSIC–Universidad de Málaga) y la Universidad Politécnica de Cartagena ha comprobado los beneficios de un abono mezcla de orgánico y mineral para regenerar suelos afectados por la actividad minera. En concreto, la adición de estas dos enmiendas, estiércol y biocarbón –carbón muy rico en carbono elaborado a partir de restos vegetales- elevó la biodiversidad de bacterias y hongos en los suelos. Esto podrá favorecer que se establezcan plantas que concentran los metales en sus raíces. De esta forma aceleran la descontaminación de la zona.

El estudio se centró en averiguar los efectos de añadir abono a un suelo de esas características a la vista de un factor no evaluado hasta ahora, el de la abundancia de fauna microbiana, es decir, de las diferentes especies de microorganismos del suelo. “La combinación de enmiendas con altos contenidos de materia orgánica fácilmente degradable, como el estiércol, y elevada concentración de carbono de lenta disgregación, como el biocarbón, es la opción más adecuada para mejorar la funcionalidad del suelo en las balsas mineras a largo plazo”, responde a la Fundación Descubre el investigador César Petri, co autor del estudio ‘A critical assessment on the short-term response of microbial relative composition in a mine tailings soil amended with biochar and manure compost’, publicado en la revista Journal of Hazardous Materials.

Utilizar plantas estabilizadoras se considera la alternativa más eficiente para disminuir los riesgos medioambientales asociados a los depósitos mineros de lodos de flotación, es decir, residuos generados por el lavado de la tierra extraída para así concentrar el mineral presente. Esta técnica implica plantar una cubierta vegetal estable sobre la superficie de los depósitos, que evita la erosión y fija las partículas metálicas en las raíces.

Para favorecer a las plantas ambientes se requiere añadir suelo. Sin embargo, los efectos de la adición de esas enmiendas sobre la composición microbiana del suelo pueden favorecer, o perjudicar, a la microbiología beneficiosa que facilitará la colonización vegetal. El trabajo investigador concluyó que la adición de compost provocó efectos más fuertes en la mayoría de los parámetros del suelo que el biocarbón por sí solo.

Por ejemplo, aumentó el nitrógeno disuelto, que incide en el aumento de la fertilidad de las plantas; y el carbono, el cual favorece la proliferación de agentes biológicos creadores de un suelo equilibrado. El biocarbón sí favoreció a los microorganismos especializados en descomponer material con alto contenido de lignina –la sustancia que da rigidez a las plantas- u otros compuestos de carbono de lenta descomposición.

El suelo estudiado pertenece a una balsa minera de La Unión (Murcia). En unas macetas los expertos añadieron compost de estiércol, biocarbón o su combinación. Estos tratamientos, junto a unas macetas control, los mantuvieron seis meses en una cámara de cultivo con condiciones controladas. Tomaron datos de los parámetros del suelo (pH, conductividad eléctrica, carbono orgánico disuelto, nitrógeno disuelto, iones y metales extraíbles); y de la composición microbiana (bacterias y hongos) en tres momentos diferentes desde el inicio del experimento.

RESURGIR MINERO

El experto señala que este ámbito de estudio es de gran interés en Andalucía por el elevado número de explotaciones mineras fuera de uso con que cuenta, cifrada en 3.131 por la Consejería de Hacienda y Financiación Europea. “Además, el resurgir de la extracción mineral y los requisitos ambientales más exigentes que conlleva harán necesarias mejores técnicas para restaurar ambientalmente el lugar de la actividad”, afirma el biólogo César Petri.

El siguiente objetivo será validar los resultados en las condiciones reales de campo. El trabajo ha sido financiado con fondos del Ministerio de Ciencia e Innovación.

Fuente: Fundación Descubre.