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¿Qué sería de mayo en un año como los de antes?

¿Qué sería de mayo en un año como los de antes?

Salvador Rivas Fernández. Y mayo llena de flores los lugares más emblemáticos de Andalucía. Y con ello, las celebraciones en torno a la Virgen se suceden tanto en la capital como en los distintos pueblos de nuestra geografía andaluza.

Mes de oración en torno a María que no deja indiferente a nadie. Y curiosa forma de vernos reflejados en ella en referencia a la situación que seguimos viviendo. ¿Cuánto sufrió Ella por su hijo? ¿Cuánto sufrimos nosotros el no estar cerca de nuestros Hermanos en torno a la Virgen por culpa de esta pandemia? Igual que Ella, sabemos que el final será eliminar este virus que tanto nos está quitando, tal y como María soñaba con la Resurrección de su Hijo.

Tenemos que sentirnos alegres y llenos de ilusión pensando que dentro de muy poco tiempo volveremos a sentir y disfrutar nuestras tradiciones tal y como las recordamos.
¿Qué sería de mayo en un año como los de antes? Cultos, Peregrinación de vuelta de la Virgen del Rocío a su aldea, Festividad de la Virgen de Fátima, Festividad de María Auxiliadora, alguna Salida Extraordinaria…

Con anhelo soñamos con esos momentos que, de antemano, aseguro volverán, pero primero debemos sentirnos orgullosos de estar con nuestros seres queridos, confraternizar con los Hermanos utilizando otros medios que no son los físicos, ¿quién dijo que la tecnología no nos iba a servir para poder ver la Santa Misa, ver unos Cultos…?

Cuando llega mayo todo es una explosión de júbilo, de color, del mes de María, de Nuestra Titular, de aquella que sólo cruzando su mirada ya nos deja sin aliento y sabemos qué necesita de nosotros.

Mes de la de cruz, la Cruz de Mayo. En todas las ciudades lo celebramos de igual forma aunque con sus peculiaridades, eso es lo grandioso que tiene Andalucía. Procesiones infantiles en torno a la cruz, niños ilusionados, su primer costal, su primera responsabilidad, su primera peregrinación, cuántas historias que aprender.

Apoyémonos en la Esperanza de María, en aquella joven que siempre quiso pasar desapercibida en todo momento. Luchemos por nuestras tradiciones pero siempre sin intentar obtener algo a cambio, es mejor dar que recibir sin haber dado.

Y ahora mantengamos esa sonrisa cuando acudamos a ver a la Virgen, démosle gracias por cobijarnos bajo su manto protector.

Da igual dónde te ubiques, la advocación, o el motivo por el que te acercaras a Ella, lo importante es que siempre está presente cuando más lo necesitas.

Por todo esto, continúa tu camino y compromiso con María, ella te estará eternamente agradecida.

¡Viva la Madre de Dios! ¡Viva la Virgen María!