Andalucia Buenas Noticias

La Catarsis de Sonia Vera, una terapia para el desamor

La Catarsis de Sonia Vera, una terapia para el desamor

Paula Chacón. Escribir un libro y publicarlo no es nada fácil en la actualidad, de hecho nunca lo ha sido, pero gracias a las redes sociales y el vínculo más cercano que pueden establecer los escritores con sus lectores, consiguen llegar a un público mucho mayor. Sonia Vera es una joven escritora que con tan solo 24 años, ha publicado su primer libro, Catarsis. Además, sus balas, como llama a sus pequeños fragmentos, llegan a casi 8.000 seguidores en redes sociales como Instagram o Facebook, que cada día se identifican con ellas y las comparten.

Cordobesa de nacimiento, pasó 4 años de su vida en Sevilla estudiando la carrera de Criminología, aunque su pasión siempre ha sido escribir. En Catarsis podemos encontrar la historia que deja un desamor, cómo convertir este sentimiento en arte y que, toda esa explosión de emociones, genere un libro que ya ha vendido 150 ejemplares en sus primeros días de preventa.

  • ¿Cómo surgió Catarsis?

Catarsis nació un sábado 29 de noviembre de 2014, sin previo aviso, en mitad de un garito cantando los mejores temas de mi grupo favorito Suite Soprano. Éramos dos neones de luz entre varias personas que también cantaban, pero a mí me abrazaban por la espalda con mimo y miedo.

En ese concierto entendí qué era el amor y cómo acabaría conmigo, porque yo no soy de ir con el freno echado, yo soy de acelerar pensando que podré salir vivir de ese precipicio. Y bueno, aunque sabía que me mataría en aquella persona, también corría el riesgo de no volver a encontrarla. Así que decidí morir pero vivir esos momentos, no quería que nadie me los quitase. Eran míos, y así fue.

Así empezó Catarsis, en mitad de un concierto mientras abrazaban mis miedos por la espalda, y, aunque ya escribía antes de ese cataclismo, desde ese momento fue cuando nunca pude parar.

  • ¿Qué podemos encontrar en Catarsis? ¿De qué habla?

Catarsis no habla, grita.
Catarsis sangra, cuando lo cojas y te metas de lleno en mis letras, sé que verás tu vida y sangrarás conmigo. No tengas miedo de verte con el corazón en la mano y pidiendo auxilio, porque huyendo del pasado no avanzas, además también te mientes.
Así que coge ese corazón, vuelve a meterlo en tu cuerpo y vive.
Va a doler, pero con el tiempo sonreirás porque te salvaste la vida.
Y yo sonreiré contigo.
Catarsis le grita al tiempo por arrebatar vidas.
Catarsis son todas esas espinas que me fui clavando en nuestro camino juntos y que, al
final, me di cuenta de que me las estabas poniendo tú.
Catarsis suelta todas las piedras que me hacías cargar a la espalda mientras me mirabas
a la cara y me decías que me querías sin ser eso cierto.
Catarsis es ese vaso que llené de lágrimas que tú me provocabas y encima me culpaste
de colmarlo.
Catarsis le habla a esa persona que nunca deseé que me soltara de la mano.
Catarsis expresa todo lo que nunca le dije a la persona que siempre quise.
Catarsis siempre llevará por bandera el número dieciocho, por eso quería que se
publicara ese día.
Catarsis llega tarde, pero llega.
Catarsis soy yo hablándole a la nada de madrugada pensando que jamás nadie vería mis
demonios, pero me los he comido.

  • ¿Por qué el nombre de Catarsis?

Catarsis: Liberación o eliminación de los recuerdos que alteran la mente o el equilibrio nervioso.

Vivo en el pasado desde hace cuatro años, revolviéndome cada noche y maldiciendo el
sonido que hacen las agujas del reloj que tengo en la mesita de noche de mi habitación,
es la palabra que más me pesa y me pesará en mi vida.

No podía llamarse de otra manera mi libro, porque esa palabra ha sido y es hoy día la
que me define. Ojalá pronto pueda verme reflejada en otra.

  • Tu libro está teniendo mucho apoyo en redes sociales, ¿qué crees que te hace conectar tanto con tus seguidores?

Creo que la falta de valores que inundan hoy día la sociedad, sobre todo en las relaciones. No hay duda de que vivimos en la era del amor líquido, que tan bien define Zygmunt Bauman.

No sé cuándo, pero, las relaciones dejaron de existir y ahora solo establecemos conexiones entre nosotros. Me da pena que casi todas las personas con las que hablo en mis redes sociales tengan miedo de mostrarse tal y como son y volver a darse por completo a una persona, porque en cualquier momento puede huir. Verás, todos tenemos una mochila que nos pesa, que cargamos y es una auténtica bomba de relojería que puede acabar con nosotros, pero no podemos usarla para acabar con una persona que acabamos de conocer porque ese peso es nuestro. Nadie tiene que morir apedreado por las piedras que te hizo cargar otra persona, y nos estamos matando.

Duele mucho ver cómo cada día somos más sistemáticos y solo buscamos la satisfacción inmediata, algunos por miedo a volver a sufrir y otros por no querer nada serio o porque se marchen corriendo al verlos tal y como son, en vez de profundizar y ver que lo bonito siempre estuvo en indagar en esa persona que ahora mismo estás pensando, porque si por ti hubiera sido hubieras descifrado su intranerso de principio a fin.

  • El libro nace en tu etapa en Sevilla, ¿qué ha hecho tan importante aquellos años?

El adverbio interrogativo de esa pregunta no es qué, sino quién.
Sevilla son mis amigas.
Sevilla son cervezas entre la frase la última y nos vamos.
Sevilla son martes de Voulezbar de barra libre.
Sevilla es una tarde de Alameda con mis amigas entre risas anticipando el suspendo del examen del día siguiente.
Sevilla son personas que me dieron una mano y fueron familia cuando faltaba la mía.
Sevilla es Santander y Cádiz al mismo tiempo.
Sevilla es mi madre en Santa Justa venciendo su miedo al tren solo por abrazarme cuando más lo necesitaba.
Sevilla es la Iglesia del Salvador desde mi ventana sonando su risa de fondo.
Sevilla siempre será del Cristo de los Gitanos.
Sevilla siempre será una noche de lluvia sin paraguas y una película malísima en mi casa.
Sevilla es un Golf blanco y cenas con menos de cinco pavos en el bolsillo.
Sevilla es la calle Sierpes junto con Sagasta, pasando por el edificio La Estrella.
Sevilla es Domenica y la Sala Fanatic entre abrazos por la espalda, jamás puñaladas.
Sevilla es la carrera que nunca quise estudiar, pero luego jamás quise que acabara.
Sevilla es un cuarto piso y un bajo. Sobre todo un bajo.
Sevilla es mi casa porque está la persona con la que siempre quise vivir en ella.
Sevilla, sin duda, es mi Catarsis.
Mi Catarsis, sin duda, eres tú.

Entrevista Sonia Vera

  • ¿Cómo fue el proceso de buscar editorial para la publicación? ¿Habías tenido antes contacto con este sector o tuviste que asesorarte?

No estaba pensado, Catarsis fue escrito sin pensamiento de que viera la luz, pero al final de cada noche cuando veía mi cama llena de folios en los que me dolía cada parte de mi ser, decía en alto mientras me invadía el silencio: ¿y por qué no dejas que en vez de que vea la luz Catarsis, dé luz?. Y eso quería, que brillara, que mi dolor no salvara a nadie pero que los que se vieran en él pudieran sangrar en paz y saber que, al final, necesitamos explotar y morir para volver a vivir.

Una noche de marzo, cuando me dijo en mi cara la persona que decía que me quería: deja de escribir, no le importa a nadie. Ni siquiera a mí. Volví a casa fuerte aunque con lágrimas en los ojos, pero no me permití llorar más. Esa noche, mientras recopilaba hasta las siete de la mañana todos mis escritos, me acordé de las personas que sí confiaban en mí y que me iban a apoyar, aunque fallase.

Recopilé trescientos folios que merecían hablarle al mundo y decirle a todas esas personas que están en una relación que las hace pequeñas, que ya está bien de callar e irse a casa llorando. Que ya no se llora, que ya no se quiere a quien te hace daño porque el amor no es eso.

Esa misma noche, después de pasar cada texto al ordenador, me metí en diferentes editoriales y les envíe mi manuscrito por correo. Sin saber nada, sin pensamiento de que
gustara y me contestaran, tan solo con enviarlo ya gané.

  • Antes de la publicación de tu libro, ya compartías tus “balas”, ¿puedes contarnos qué son? ¿Las podemos encontrar en Catarsis?

Sí, en Catarsis podéis encontrar mis balas. Mi casa está llena de folios intentando descifrar mi cabeza y todo lo que pasa por ella. Un día, mientras escribía de madrugada, me dolió tanto lo que salía de mí que, aunque la sangre no se veía, sí que pude notarla. Tuve que dejarlo todo y tumbarme durante horas, recuerdo que sonaba te acuerdas que de Juancho Marqués.

En esas horas, con la mente en miles de personas y fechas, entendí que tenía el cuerpo lleno de balas y que estaba tan paralizada sangrando porque ya me había sacado una. Empecé a escribir todas mis balas porque quería salvarme, y en mitad de la noche me dejé morir.

  • ¿Anteriormente te habías planteado profesionalizar tu hobbie por escribir?

Dedicarme a escribir es mi sueño, pero sé que no voy a poder vivir de ello. Me da muchísima pena contestar esto y ojalá me equivoque, pero, hoy día, es muy complicado llegar a triunfar en este ámbito. Y, sobre todo, que te hagan un contrato digno y suficiente como para poder llevar una vida mínimamente estable. No hay nada que desee más que equivocarme en esta respuesta.

  • ¿Cómo ves el futuro? ¿Esperas seguir escribiendo historias?

No sé qué será de mí mañana, no puedo hablarte de mi futuro cuando llevo casi cuatro años viviendo en el pasado. A veces, ni siquiera soy consciente de qué me está enseñando el presente, y eso es algo que me pesa mucho.

Seguiré escribiendo y los cuadernos de mi casa nunca cesarán de verse atacados por mis pensamientos, pero, lo que más deseo es algún día seguir viviendo historias y no seguir anclada en la que ya viví, contarlas es lo de menos, ¿no?